Hasta 612 personas en la Región han recurrido en lo que va de año al Teléfono de la Esperanza por problemas relacionados con el suicidio. Supone un incremento de 360 con respecto al mismo periodo de 2019. El 56% son mujeres, frente al 44% de hombres, lo que refleja que ellas tienen más predisposición a pedir ayuda, según explican desde la ONG, que el jueves celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Además, más de la mitad de los afectados señalan que existe una estrecha vinculación entre la soledad y el suicidio.

P ¿Hay relación entre el confinamiento de los últimos meses y el aumento de los datos?

R Podría parecer, pero no tiene tanta relación. Aunque el aislamiento vivido y la pérdida de empleo en algunos casos sí puede haber afectado a personas angustiadas o con niveles de ansiedad más altos. Si además se une a una situación de depresión, pueden ver un horizonte más negro y sin salida y esto puede repercutir, pero no notamos un aumento solo por el coronavirus.

P Entonces, ¿a qué achacan este incremento?

R Desde hace tiempo y cada año vienen aumentando las llamadas relacionadas con estas situaciones. Tiene que ver con la falta de valores y la sociedad individualista y del ruido en la que vivimos, donde oímos pero no nos escuchamos. Nos juntamos con amigos para reírnos pero nos da vergüenza contar los problemas y así nos aislamos. Hay muchas personas que ven el suicidio como un recurso, cuando en realidad se puede prevenir. Precisamente es ahí donde creo que está la otra explicación: falta prevención. Es la muerte silenciada de la que nadie quiere hablar y es necesario que todo el mundo sepa que con una buena promoción de la salud emocional se puede reducir el número de casos. Nadie está exento de sufrir problemas con el suicidio, pero hay muchas salidas para las situaciones negras en las que nos encontramos. La prueba es que muchas personas que hemos atendido con ideación suicida o con suicidios en curso, que hemos logrado parar junto con el 112, nos han llamado después para darnos las gracias porque han encontrado otra manera de vivir.

P ¿Existe un perfil entre quienes piden ayuda?

R No tiene que ver con el nivel económico o de formación, sino con la finalidad que cada uno tiene en su vida y con los valores con los que la sustentan. Alguien con una autoestima y unos valores débiles, ante una dificultad puede no ver salida y recurrir al suicidio. Si se ha desarrollado la fortaleza interior y la resiliencia se podrán soportar mejor las situaciones difíciles.

P ¿Por qué se sigue tratando como un tabú si es la primera causa de muerte no natural?

R Tiene que ver con la idea de que si se habla del suicidio habrá gente que vaya a imitarlo y es necesario superar ese miedo de que la gente vaya a acabar con su vida por repetición. Hay campañas para prevenir accidentes de tráfico y no por ello se cree que vaya a haber más casos. Se hacen para concienciar a la gente de lo que pasa cuando ocurre. Hay que visibilizarlo para reducir las muertes.

Un ciclo de cortos en Youtube para concienciar

‘Te regalo una coma para que sigas escribiendo tu historia’ es el lema de este año del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, con el que pretenden concienciar desde el Teléfono de la Esperanza de que se puede buscar ayuda y continuar adelante en lugar de acabar con la vida. «Ninguna crisis vital, por trágica que parezca, es permanente». Desde la ONG han creado el proyecto ‘Agarra la vida’ para el que han seleccionado un centenar de cortos sobre historias de dolor y superación que pueden verse en Youtube hasta el 15 de septiembre.