El tsunami se los ha llevado por delante. Son todos aquellos emprendedores que más difícil tienen adaptar su negocio a las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios por coronavius. Dos meses después del final del confinamiento, tras semanas tirando de los ahorros y con el aumento de restricciones por los rebrotes, miles de autónomos de la Región se encuentran en la cuerda floja.

Se trata, sobre todo, de los que basan su negocio en el ocio y diversas situaciones que conllevan aglomeraciones: organizadores de excursiones y eventos; artistas y todo lo que rodea al mundo de los conciertos, etc.. que tratan de reinventar sus negocios y poder convivir con un virus que está poniendo en serio riesgo su empresa.

«No hemos podido prestar ningún servicio porque, como trabajamos con los colegios, si los centros educativos están cerrados, pues nosotros no podemos trabajar», explica la responsable de Aristas Educación, Ana Fajardo. Es una empresa de monitores de ocio y tiempo libre que se dedica a las excursiones, las escuelas vacacionales y las actividades extraescolares de los niños. Con el confinamiento tuvieron que detener toda la actividad: «El curso anterior, en mayo teníamos en plantilla a unos 170 trabajadores que se han quedado sin trabajo», lamenta fajardo.

Durante todo el verano no han podido realizar las actividades propias de estas fechas, como las excursiones. Ahora, afrontan el inicio de curso con «incertidumbre». Asegura Fajardo que, a falta de una semana del inicio de curso, aún no saben si van a poder realizar las actividades extraescolares de 4 a 6 de la tarde. «Las actividades de aula matinal sí se van a poder hacer, pero hay que bajar la ratio y aumentar el número de monitores», explica.

Esta es la situación de los que, de forma muy precaria, continúan con su actividad adaptando su negocio y echando mano de los ahorros para poder mantener a flote su empresa. Aún peor están los 5.000 autónomos de la Región que no han podido reactivar su negocio tras el levantamiento del estado de alarma, según los datos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). La organización cifra en un 5% el porcentaje de trabajadores por cuenta propia que no han podido levantar la persiana, del total de 100.546 que notificaron los datos que se hicieron públicos ayer.

«Muchos de ellos vienen vinculados a sectores donde la aglomeración o la inadaptación de las estructuras les ha impedido reiniciar su actividad», explica a LA OPINIÓN la presidenta de ATA Murcia, Celia Ferrero. Considera que sectores como la hostelería no se van a recuperar, al menos, «hasta la Semana Santa del año que viene».

No obstante, los datos de la afiliación de autónomos entre los meses de diciembre de 2019 y agosto de 2020 son mejores en la Región que en el conjunto de España. Mientras que en todo el país el número de trabajadores por cuenta propia ha disminuido en un 0.2%, un total de 5.928 menos; en la Región se ha producido un porcentaje igual, pero de incremento. En agosto contábamos con 243 autónomos más que en diciembre.

Ferrero atribuye esta cifra a la diferencia del tejido empresarial de la Comunidad con la del conjunto del país: «El peso del sector agroalimentario ha hecho mucho en Murcia», afirma. Es un sector que se ha mantenido a pesar del parón en el confinamiento.

A pesar de este dato positivo, en los sectores más afectados por los condicionantes de la pandemia augura «un otoño terrorífico». «Si en julio podíamos tener esperanza de una recuperación lenta y progresiva», asegura Ferrero, «agosto nos ha dado un jarro de agua fría». Desde ATA estiman, teniendo en cuenta que las personas que se acogieron a un ERTE entre marzo y abril no pueden ser despedidas en seis meses, que este otoño se perderán «unos 30.000 puestos de trabajo en la Región». La cifra de parados actual, conocida ayer, es de 119.019.

El presidente nacional de UPTA, Eduardo Abad, no es más optimista. «En la Región tenemos entre el 30 y el 40% de los autónomos en una situación delicada, en sectores como el comercio o la hostelería, el sector de las academias, los feriantes, el ocio tiempo libre, ludotecas, que no han podido desarrollar su actividad».

Por otra parte, anticipa una delicada situación económica que provocará una disminución del consumo interno unido a un aumento de las compras por Internet: «Ese cóctel lo que lleva es a una situación de indigencia de miles de trabajadores autónomos en el país y en Murcia», sentencia.

Cambio de modelo profundo

Tanto ATA como UPTA demandan al Gobierno central que prorrogue las medidas de soporte económico, como los ERTE y las ayudas a los autónomos, pero van más allá.

Abad reclama al Ejecutivo regional que se reuna con las organizaciones de trabajadores autónomos para poner en marcha «mecanismos de digitalización, un cambio de modelo profundo del trabajo autónomo. No solo es necesario tener una ayuda económica».

«Hay que poner en marcha la reconversión del trabajo autónomo del futuro, hay que empezar ahora mismo los cambios para que en el futuro sea un trabajo sostenible», sentencia.