Cuarenta guardias civiles procedentes de Madrid y de Sevilla han llegado a la Región para vigilar a los extranjeros que se encuentran en cuarentena en el Hotel Cenajo, en Moratalla.

Se trata de efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), que se alojarán en Caravaca de la Cruz y harán turnos para controlar a las personas que hacen cuarentena en el hotel.

Con este refuerzo, los agentes que habitualmente prestaban este servicio de vigilancia pueden regresar a las tareas de seguridad ciudadana en la zona del Noroeste de la Región, con patrullas.

En este establecimiento del Noroeste hay actualmente alrededor de 200 extranjeros, llegados en patera a las costas de la Región y cuya PCR dio negativa, aunque han de estar aislados por haber compartido barcaza con un contagiado. Se les llevó al hotel porque, aunque es cierto que algunos tienen familiares y amigos en la Región, oficialmente no cuentan con domicilio conocido en el que cumplir el aislamiento obligado.

Pedro Ignacio Orenes, secretario provincial de la asociación profesional Jucil, explica que la presencia de los efectivos del GRS llega «para liberar un poco» a agentes de la Compañía de Caravaca que llevaban «mes y medio» haciendo turnos de ocho horas para controlar el Cenajo, un lugar amplio y prácticamente aislado en mitad del monte.

Cuando llevaron allí a los primeros inmigrantes, hace unas semanas, se habilitaron unos barracones del complejo en el que alojarlos, no se abrió el hotel propiamente dicho. Los extranjeros están atendidos por personal de Cruz Roja, y tanto migrantes como voluntarios «tienen su sitio», resguardados, al contrario que los guardias civiles, que «están al sol, no tienen nada».

El perímetro del lugar ha de ser vigilado durante las 24 horas, aunque es tan amplio que los extranjeros «se mueven con total libertad» y podrían salir fácilmente. Hay que recordar, asimismo, que estas personas (todos varones jóvenes de origen argelino) no se encuentran detenidas, pues no se las acusa de delito alguno: únicamente han entrado en España de forma irregular.

Llegan más barcazas

Once personas en una patera lograban tocar tierra en la playa de Percheles, en Mazarrón, sobre las siete menos cuarto de la mañana del miércoles. Era la primera de siete pateras que llegaron en la jornada, confirma la Delegación del Gobierno en Murcia.

La siguiente barcaza fue interceptada a 10 millas náuticas al sur de Cartagena con 15 personas a bordo, todos varones. Otra, en Portmán, en La Unión, y fueron interceptados nueve ocupantes. También en Portmán, otra embarcación con media docena de personas (tres varones, dos mujeres y un menor). Asimismo, en Calblanque, en Cartagena, atracaron cuatro hombres más. En Cabo Negrete (Cartagena) se interceptaba a nueve varones, mientras que al sur de Monte de la Cenizas, en Cartagena, a 13 migrantes más, entre los que había dos menores.

Ayer, jueves, más barcazas. Con 21 personas a bordo, una embarcación era interceptada al suroeste de La Azohía, informa la Delegación del Gobierno. Once extranjeros más eran localizados después, en otra patera. En aguas de Cabo de Palos, los ocupantes de un barco se sorprendían al cruzarse con la barcaza, desde la cual saludaban los pasajeros. Dado el buen estado de la mar, se espera que lleguen más pateras.