Desde el inicio del confinamiento, el virólogo e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio Alcami (Valencia, 1960) tenía claro que la propagación del nuevo coronavirus en aerosol (pequeñas partículas a través del aire) era una realidad. Tras recibir financiación del CSIC y del Instituto de Salud Carlos III, arrancó un estudio para detectar el SARS-CoV-2 en el aire de los hospitales y otros lugares cerrados, así como un método para inactivar las partículas en suspensión del virus. Este virólogo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa en Madrid habla en esta entrevista de la investigación en la que colaboran los hospitales La Paz y el Severo Ochoa, el IMDEA Nanociencia de Madrid y el Instituto de Salud Global de Barcelona.

¿Usted cree que el nuevo coronavirus

Hay mucha discusión sobre esto. Recientemente, una carta de científicos a la OMS ha llamado la atención sobre esto. Hay dos tipos de transmisión por el aire. Una, mediante gotas de mayor tamaño que producimos al estornudar o hablar. Estas caen a nuestro alrededor y contaminan las superficies o la persona que esté muy cerca de nosotros. Nosotros estamos trabajando en las gotas más pequeñas, aerosoles, que permanecen en el aire durante mucho tiempo. Respecto a los aerosoles, no hay tanta evidencia científica de que tengan un papel en la transmisión del SARS-CoV-2.

¿Debemos alarmarnos?

Esto tiene importancia en un contexto muy concreto, cuando estamos en un sitio cerrado y hay mucha gente dentro, con algún infectado. Probablemente, esto ha tenido una relevancia importante al inicio de la pandemia y la tiene en un hospital, en zonas como urgencias o UCI, ¿Soluciones? El uso de mascarillas va a facilitar que no haya producción de estos aerosoles; y la ventilación de las habitaciones también va a ser un factor importante.

Entonces, ¿usted cree que tiene una transmisión vía aerosol?

Yo estoy seguro, segurísimo. Pero tiene una importancia en un contexto determinado. Si estamos al aire libre, probablemente, no tenga mucha importancia. Los virus en aerosoles en suspensión se disipan rápidamente y si estamos en un sitio ventilado, probablemente, se mantienen poco tiempo. Eso, con el uso de mascarillas, es suficiente para evitarlo. Pero si hablamos de un autobús con poca ventilación o el vagón de un metro, entonces, deberemos tener esto en cuenta.

Lo que no entiendo es por qué no hay consenso científico. ¿Por qué la OMS es tan reticente a considerarlo como una vía de infección del coronavirus?

El problema a nivel científico es que nadie ha demostrado que las partículas virales en suspensión, sí existen, sean infecciosas. Para mí, se trata de un problema técnico. Creo que cuando captamos las partículas en suspensión, estas se inactivan y ya no podemos demostrar su actividad infecciosa. Yo creo que hay evidencias epidemiológicas que sugieren que ha habido infecciones por aerosoles. Estoy seguro al 100%.

He leído que podrían ser infectivas durante tres horas.

Sí, hay una investigación que habla de tres horas y otro estudio que ha medido hasta 14 horas. Son sistemas experimentales en los que uno genera un aerosol en un contenedor cerrado para medir la estabilidad de las partículas en suspensión.

Ustedes iniciaron su investigación sobre la presencia de la covid en el aire en hospitales al inicio del confinamiento cuando casi todo el mundo negaba la transmisión en aerosol del SARS-CoV-2. ¿Qué les movió a arrancar el estudio?

Llevamos ya varios años trabajando para detectar virus en el aire. Teníamos solicitado un proyecto con los mismos grupos de investigación colaboradores para detectar otros virus como la gripe. Cuando apareció la nueva pandemia por covid-19, decidimos adaptar esta tecnología a este coronavirus.

A día de hoy, ¿en qué punto están sus investigaciones?

Lo que hemos hecho hasta ahora ha sido utilizar un método de filtración de virus en el aire para captar el coronavirus con la idea. Lo estamos aplicando en hospitales y estamos obteniendo datos ahora mismo, por lo que debemos esperar un poco para sacar conclusiones.

¿Su intención final es lograr un sistema nuevo que se pueda vender a empresas e instituciones?

Sí, ese es el objetivo. Nuestro objetivo final es que hospitales y sitios públicos puedan tener unos aparatos de captación de virus y que identifiquen allí mismo qué clase de virus es en una hora o dos. Eso permitiría hacer un seguimiento más cercano. Lo ideal sería tener un sistema en unos meses que se pueda aplicar de forma generalizada. Nos va a llevar tiempo, pero creo que será posible.

¿Cómo detectan el coronavirus en el aire?

Una vez hemos captado el virus, estamos diseñando un sistema de amplificación para poder ver a simple vista con un cambio de color. Otra parte de la tecnología sería un aparato que capta en tiempo real las partículas en suspensión en el aire para decirnos si hay virus o no. Esto nos llevará un poco más de tiempo desarrollarlo. Tendríamos un aparato situado a la entrada de un hospital, por ejemplo, que estaría continuamente midiendo. Si detecta partículas del coronavirus en el aire, nos avisaría. Esa tecnología impacta con un haz de láser y podría identificar si hay coronavirus en suspensión dependiendo de lo que reflejan las partículas en suspensión en el aire.

También trabajan en la inactivación del coronavirus. ¿Cómo?

Hay dos formas. Una forma es filtrarlo para retirarlo del ambiente. La otra es dañar las partículas del coronavirus que están flotando y tocan superficies con propiedades especiales, de forma que el virus se inactiva y deja de ser infeccioso.