Explica el abogado murciano José Manuel Hernández Benavente que «dependiendo del juzgado, se ha optado por diversas soluciones» para con los juicios que no se han podido celebrar.

«Por ejemplo, los juzgados especializados en condiciones generales de la contratación celebraron algunas de estas audiencias previas y juicios por las tardes del mes de julio; otras las señalaron de nuevo para finales de 2020 y 2021, como me ha sucedido en otros partidos judiciales como los de Molina de Segura; y, por último, están los juzgados más rezagados que aún no me han dado nuevo señalamiento», manifiesta el letrado, que remarca que «en general, los abogados tenemos incertidumbre y temor ante el colapso de los juzgados». Y es que «el cobro a los clientes se retrasa hasta la sentencia, al menos una parte, lo cual nos hace difícil poder mantener el gasto de los despachos y personales», comenta el especialista, al tiempo que destaca que también «el cómputo de los plazos ha sido un caos».

«Esperemos que ante el colapso se empiecen a adoptar medidas reales, pues ya antes de la covid, los procedimientos civiles podían dilatarse año y medio o dos años», remarca Hernández Benavente, que apostilla que «en el ámbito penal, sobre todo violencias de género y causas con preso, al tener el carácter de urgentes, no se han suspendido y se han desarrollado con 'normalidad'».