Lo confirmó ayer la consejera de Educación, Esperanza Moreno: las mascarillas serán obligatorias en las aulas para todas los alumnos que superen los seis años.

Según los pediatras, esta medida «no soluciona el problema por sí misma»: «Se deben dar un conjunto de medidas que, juntas, pueden llegar a ofrecer una serie de garantías de seguridad para alumnos y profesores: ventilación constante de las aulas, uso de mascarillas, clases al aire libre en la medida de lo posible, limpieza de aulas y cualquier medida que evite una gran densidad de alumnos en las clases, algo que tenemos muy claro es que las aglomeraciones facilitan la propagación del virus», explica Juan José Vigueras, de APERMap, la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de la Región de Murcia. «Los problemas -continúa el pediatra- vendrían de que los niños se toquen la mascarilla continuamente y luego no se laven las manos y del hecho de que habría que cambiarlas cada cuatro horas».

En algunas comunidades autónomas, como es el caso de Aragón, se baraja la posibilidad de realizar descansos de un par de minutos cada hora para que los alumnos puedan respirar sin mascarilla si se puede respetar la distancia de seguridad. Vigueras lo ve bien: «Es una buena medida, porque el mayor problema que pueden tener los niños es de incomodidad, de estar tocándose continuamente un elemento extraño que tienen colocado en la cara, pero no habría problemas de falta de oxigenación. Además, a partir de los seis años, los niños tienen una gran capacidad de adaptación a las circunstancias, en algunos casos mucho mayor que la de los adultos, que solemos darle demasiadas vueltas a las cosas».

El pediatra explica que el límite para no usar mascarilla se coloca en seis años «porque hay que situarlo en algún sitio y en este caso coincide con un cambio de ciclo formativo. Además, a niños más pequeños es difícil convencerles de algo así».