Cerca de las once y media de la mañana, Emergencias recibía el aviso: patera en El Portús, 30 ocupantes a bordo, rezaba la alerta. Sin embargo, en esta ocasión no se trató de que saliese el barco de Salvamento Marítimo a por ellos y los llevase al puerto de Cartagena: los pasajeros de la embarcación salieron corriendo por el monte de Galifa y Perín de manera apresurada tras tocar tierra.

La llegada de la barcaza pilló por sorpresa a los bañistas que se encontraban en esos momentos en la citada playa del Portús, zona concurrida en pleno agosto. Algunos veraneantes fotografiaron con su móvil la barcaza, que quedó en la arena, sin custodia policial, hasta que una embarcación de Cruz Roja la remolcó.

No fue la única patera que llegó a lo largo de la jornada: llegaron tres más. Contabilizados en el puerto de Cartagena, van 47 extranjeros. En Escombreras, la Consejería de Sanidad se encarga de hacer las pruebas PCR a todos ellos, mientras que Cruz Roja realiza un chequeo médico a todos los migrantes. Entre los llegados había una joven embarazada.

Sobre la una y media de la mañana, la embarcación Mimosa de Salvamento Marítimo llevó al puerto de Cartagena a los ocupantes de dos pateras: una con 12 personas y la otra con 14.

Aunque todos parecían encontrarse en buen estado de salud, los extranjeros pedían agua y comida a los agentes tras su llegada, labor que también corre a cargo de la oenegé tras su llegada al campamento provisional de Escombreras.

El control de coronavirus, que es una epidemia mundial, obliga a la puesta en marcha de un protocolo que hace que los inmigrantes permanezcan en el puerto hasta que se aísle a quienes compartían embarcación con los contagiados. Los portadores del covid son enviados al hospital.