Una patera con treinta inmigrantes a bordo atracó durante la mañana de este martes en plena playa del Portús frente a la atenta mirada de decenas de bañistas que fueron testigos del suceso. Cerca de las once y media de la mañana, Emergencias recibía el aviso. Sin embargo, en esta ocasión no se trató de que saliese el barco de Salvamento Marítimo a por ellos y los llevase al puerto de Cartagena: los integrantes de la embarcación salieron corriendo por el monte de Galifa y Perín de manera apresurada tras tocar tierra.

La llegada de la barcaza pilló por sorpresa a los bañistas que se encontraban en esos momentos en la citada playa del Portús, zona concurrida en pleno agosto. Algunos veraneantes fotografiaron con su móvil la barcaza, que quedó en la arena, sin custodia policial, hasta que una embarcación de Cruz Roja la remolcó.

La mujer embarazada, junto a un familiar que también viajó en la patera. Iván Urquízar

Pocos minutos después la Guardia Civil y la Policía Local de Cartagena ponían en marcha un operativo para localizar a los migrantes. Los agentes recorrieron los montículos cercanos a la playa y encontraron en una primera batida a seis de ellos, cinco varones jóvenes y una mujer embarazada que se encontraba en una fase avanzada de gestación.

Los agentes de la Local y la Benemérita continuaron con la batida por los montes cercanos, donde algunos migrantes, tras avistar a la policía, intentaron esconderse. Finalmente y tras varias horas de búsqueda, los siete varones restantes fueron trasladados en un furgón blindado del Instituto Armado hasta la zona habilitada en el puerto de Cartagena en estos casos. Ahí quedan custodiados por la Policia Nacional, que es el Cuerpo que tiene en exclusiva las competencias en Extranjería, aunque la colaboración entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de la Región, en materia de inmigración, es total.

En Escombreras, la Consejería de Sanidad se encarga de realizar las pruebas PCR a todos ellos, mientras que Cruz Roja realiza un chequeo médico a todos los migrantes. Aunque todos parecían encontrarse en buen estado de salud, los extranjeros pedían agua y comida a los agentes tras su llegada, labor que también corre a cargo de la oenegé tras su llegada al campamento provisional de Escombreras.

Asimismo, el dispositivo de búsqueda para interceptar a los veinte migrantes restantes que coordinan conjuntamente la Guardia Civil y la Policía Local de Cartagena seguía activo.

El control de coronavirus, que es una epidemia mundial, obliga a la puesta en marcha de un protocolo que hace que los inmigrantes permanezcan en el puerto hasta que se aísle a quienes compartían embarcación con los contagiados. Los portadores del covid son enviados al hospital.

Pabellón ya vacío

El Gobierno regional higienizará el pabellón de Cabezo Beaza, ubicado en Cartagena, tras la marcha en la noche del lunes de los últimos inmigrantes irregulares llegados en patera que debieron pasar la cuarentena en estas instalaciones tras llegar en payera. En un comunicado, el Ayuntamiento de Cartagena dice que las instalaciones fueron cedidas en su momento por el Consistorio a la Comunidad. Desde el Ayuntamiento de Cartagena dijeron hoy a esta redacción que el pabellón «se cedió temporalmente» y que «si lo piden de nuevo, no habrá problema en volver a cederlo», pues hay más pateras.

Según la Delegación del Gobierno, en esa patera en concreto había solamente 10 personas, aunque esta redacción confirmó que la Benemérita seguía buscando a más extranjeros una vez localizada la primera decena.