«Activos las 24 horas del día y los 365 días del año, sin horarios, siempre dispuestos a intervenir», así define María José Vera, directora de Emergencias de Cruz Roja en la Región de Murcia, la labor de los casi 200 voluntarios que integran el Equipo de Ayuda Humanitaria en Costas de la división regional de la entidad. La ONG lleva veinte años prestando apoyo a todos aquellos migrantes que arriban en aguas murcianas. «Cuando te llega una mujer embarazada en una embarcación piensas: ¿Cómo de mala tiene que ser su situación de origen para estar dispuesta a hacer eso? Te cala dentro, más aún si eres madre. Se lo juegan todo a una carta, lo más preciado: su vida», detalla la directora.

Pero el operativo de Cruz Roja no comienza cuando una patera llega a tierra, sino mucho antes. «O bien Salvamento Marítimo o la Guardia Civil se ponen en contacto con nosotros para darnos el aviso en cuanto divisan una embarcación que puede encontrarse a varias millas de distancia», explica Vera. Es entonces cuando comienzan los preparativos y se configura el grupo de trabajo que posteriormente realizará la intervención.

«Contamos con un margen de tiempo para formar el grupo que atenderá a los migrantes cuando la embarcación arribe», señala Lidón López, enfermera, voluntaria y responsable del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE). En función del número de personas que llegan en la barca y las condiciones en las que se encuentran, el grupo cuenta con un gran abanico de perfiles. Los voluntarios pueden ser médicos, enfermeros, socorristas, psicólogos, técnicos de transporte sanitario, encargados de logística, trabajadores sociales, intérpretes o voluntarios del área de Ayuda Humanitaria que han recibido una formación por parte de Cruz Roja para poder desarrollar la asistencia de manera correcta. «En una intervención ordinaria se despliega un equipo de entre ocho y diez personas», explica López, «un enfermero, un intérprete, un encargado de logística y varios voluntarios».

Cuando los migrantes llegan a tierra, el equipo les realiza el primer triaje, que consiste en una ronda de preguntas básicas como el nombre, la edad, el idioma que hablan y cómo se encuentran después de la travesía. «A veces pierden a algún compañero en el camino», apunta Vera, por ello tanto intérpretes, como psicólogos, son de gran importancia en la llegada a puerto. Posteriormente se les proporciona un kit de higiene, ropa seca, mantas, agua y algo de comida. Después, se les realiza un chequeo sanitario. «Suelen llegar en buen estado, pero todo depende de cómo haya sido la travesía y del estado del mar», explica Vera. «En ocasiones llegan con heridas, contusiones, quemaduras, dolores de cabeza y de muelas. Ahora en verano también tratamos muchas insolaciones», expone López. Finalmente, se les sigue proporcionando agua, comida y demás asistencia sanitaria hasta que les asigna un lugar de hospedaje.

Aunque estas operaciones duran pocas horas, en periodos con una gran afluencia de pateras, como se está produciendo en estos momentos en la costa cartagenera, «se hacen turnos de intervención que pueden duran 8 horas o 12 horas, depende de la carga de trabajo que tengamos», incide López. En lo que va de año, Cruz Roja ha atendido a un total de 1.455 personas en la Región, casi 500 han sido en los meses de julio y agosto.

Asistencia en tiempos de covid

Con la llegada de la pandemia, los protocolos establecidos por la ONG han sido modificados. «Aunque el espíritu de Cruz Roja se mantiene», apunta Pedro García, voluntario de la entidad desde hace más de 14 años. La persona del equipo encargada de recibir a los migrantes cuando arriban «se viste con un equipo de protección integral (EPI) completo», explica López, «con su pantalla y su mascarilla FFP2» añade. Nada más llegar a puerto se les realiza una toma de temperatura y se les pregunta para saber si han tenido algún síntoma que pueda ser compatible con el coronavirus.

Además, durante el triaje, los sanitarios realizan un mayor número de pruebas para detectar cualquier indicio de que la persona pueda tener la enfermedad, aunque es la Consejería de Salud la que se encarga de realizar las pruebas PCR. Tras conocer los resultados, los positivos son trasladados al hospital, mientras que aquellos negativos que hayan estado en contacto con la covid, guardan cuarentena.