Adiós a las discotecas y otros locales de ocio nocturno y adiós también a fumar en la calle. El anuncio de este viernes del ministro de Sanidad, Salvador Illa, del cierre de las discotecas y bares de ocio nocturno para controlar los contagios de coronavirus, consensuado con los presidentes autonómicos, ha caído como un jarro de agua fría al sector hostelero de la Región.

Los datos de Hostemur muestran que esta decisión, que entra en vigor el lunes, afectará a medio centenar de discotecas que hay en la comunidad murciana y a unos 450 pubs, perjudicando de forma directa a unos 4.800 trabajadores del sector.

El presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, dice estar «cansado de la improvisación del Gobierno», pero ha insistido en que el problema no es del central o del autonómico, ya que «todos están actuado igual, la improvisación es total en todos los niveles de la Administración».

En este caso, Jiménez recuerda que en el municipio de Murcia el ocio lleva cerrado casi un mes y los contagios en la capital de la Región no dejan de crecer día tras día, «por lo que el origen del problema debe estar en otro lugar y no en las discotecas».

Concretamente, el próximo viernes se cumple el plazo de un mes del decreto de cierre de estos locales que emitió el Gobierno regional con el objetivo de frenar los brotes que se originaron en la zona de Atalayas.

Además, recuerda que los empresarios del sector en Murcia llevan con los locales cerrados desde mediados de marzo. «Sólo pudieron abrir tres semanas, para lo que tuvieron que hacer importantes inversiones para adaptar sus establecimientos a la nueva normativa, y se encontraron pocos días después con un decreto de cierre que les obligó a volver a cerrar la persiana», insiste.

«El Gobierno no sabe qué hacer para contener el coronavirus y ésta es otra improvisación más, al igual que lo de Galicia, donde se decide prohibir fumar en la calle sin ninguna evidencia que demuestre el riesgo» de este hábito, hace hincapié el presidente de los hosteleros, que espera que la decisión del Gobierno de cerrar el ocio nocturno vaya acompañada de ayudas, «que nos eximan del pago de los alquileres o de los impuestos, así no podemos continuar porque esto sólo son medidas de cara a la galería».

Juan José López, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Cartagena y Comarca (Hostecar), lamentó que «venimos de un sector en el que la gente está agotada».

«Esto es una agonía, el anuncio de una muerte segura», dijo López a LA OPINIÓN, al tiempo que lamentó la «apatía» que viene viendo, fruto de «un desgaste, porque llevamos desde marzo con una agonía que no sabemos qué hacer». Preguntado por cuántos puestos de trabajo estarían en peligro en Cartagena y comarca tras el anuncio del ministro Illa de prohibir el ocio nocturno, detalló que «en la costa de Cartagena hay de 12.000 a 14.000 empleos» que dependen del sector, de los cuales «alrededor de 3.000 ya se han caído» por la problemática del Mar Menor y su mal estado. Ahora, según los cálculos de López, hay «otros 2.000 o 3.000» en riesgo. Subrayó que «parece que todo el mal de esta pandemia es culpa de la hostelería», cuando «no todos los focos salen del sector». Recordó que «detrás del ocio hay una serie de personas, familias y muchos empleos», y que, si las cosas siguen así, «remontar va a ser imposible».

En cuanto al tabaco, «lo mejor es no fumar por razones obvias de salud pública», explicaba ayer el ministro Illa. En el día de ayer, todavía se veía a personas fumando tranquilamente por la calle o sentadas en un banco, con la mascarilla bajada para poder dar una calada a su cigarrillo.

«Habría que sancionar solo al infractor, no castigar a todos»

José González, presidente de la Unión de Empresas Productoras de Eventos de la Región (Uepemur), lamenta que «siempre pagamos los mismos». «Si alguien se salta unas normas, habría que sancionarlo, pero lo que están haciendo en castigarnos a todos», manifiesta. «En los eventos, al 90% se están cumpliendo las normas; tenemos alguna excepción y a esa gente hay que sancionarla», remarcó.

El sector de los eventos genera en la Región unos 2.000 puestos de trabajo directos y unos 20.000 indirectos, explica González, que cree que «seguiremos haciéndolos al aire libre», aunque no haya discotecas.

Se pregunta «dónde va a ir esa gente, principalmente jóvenes» que se quedan sin ocio nocturno en bares.