La leche materna es la primera vacuna que recibe el recién nacido, es parte de su órgano inmunológico, también ante la covid-19 y a pesar de que en los primeros momentos de la pandemia, por la falta de información, hubo dudas, la evidencia la sitúa como un «escudo» para el bebé ante el virus.

Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que concluye este viernes, son numerosos los organismos y las sociedades médicas que han hecho hincapié en estos días en los numerosos beneficios que esta práctica otorga tanto a la madre como al bebé, también frente al coronavirus. La coordinadora nacional de la iniciativa internacional lanzada por la Organización Mundial para la Salud (OMS) y Unicef, para la humanización en la atención al nacimiento y la lactancia (iHAN), Paula Lalaguna, también lo constata en declaraciones a Efe, aunque señala que al comienzo de la pandemia, con la incertidumbre, «se echara un poco por tierra» tanto la lactancia materna como el piel con piel «que tanto costó implantar».

Un hecho que plasma junto a otros expertos en un artículo de revisión de la literatura disponible sobre lactancia materna y covid-19 publicado en la Revista Nacional de Salud Pública, en el que subrayan que la crisis sanitaria ha tenido «impacto» en la atención al nacimiento y la lactancia.