Las declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha llueven sobre mojado. Page se mostró ayer convencido de que «el trasvase acabará» y sentenció que percibe un «cambio de actitud» en los regantes levantinos, que ya no discuten alternativas como las desaladoras. Lo decía tres días después de que la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmara que «uno no puede tener vistas al mar si vive en el centro y algo parecido ocurre con el agua».

Estas sentencias han provocado la vehemente respuesta del Partido Popular en la Región, que por boca de su diputado Jesús Cano, exigió a al secretario general de los socialistas murcianos, Diego Conesa, «que desautorice hoy mismo a García-Page (del PSOE), porque, de lo contrario, quedará en evidencia una vez más que no pinta nada en el PSOE». Cano también se dirigió al presidente castellanomanchego: «García-Page puede estar tranquilo porque cuando deje de ser presidente, el trasvase seguirá funcionando porque ni él, ni la ministra, van a vulnerar los derechos que por ley se otorgan a los regantes», aseguró.

El diputado popular insistió en que para evitar el cierre del trasvase, su partido irá «hasta donde haga falta».

"Guerras partidistas"

La exigida reacción de el secretario general del PSOE en la Región, Diego Conesa, llegó vía Twitter. En una publicación en esta red social sentenció que «se equivocan el PP y Page creando un conflicto ficticio por un cierre que no se producirá».

Conesa calificó el trasvase como «imprescindible para garantizar el suministro en la Región de Murcia». Y afirmó que es un compromiso del PSOE asegurarlo: «Está garantizado», escribió.

Terminó su mensaje instando a su compañero de filas y a su partido rival a que dejen de usar el trasvase «en guerras partidistas».