El gobierno de Nicaragua asumirá los gastos de la repatriación del cuerpo de Eleazar Blandón, el hombre que murió al sufrir un golpe de calor mientras trabajaba en el campo murciano, descargando sandías. Lo explicaba así la hermana del jornalero fallecido, Anna Blandón, quien apunta también que el Gobierno de España cooperará con la administración nicaragüense en los trámites que haya que realizar.

A la vez, el Ejecutivo español ha abierto una investigación para tratar de esclarecer qué condiciones había en la finca donde trabajaba este hombre, confirmaba hace unos días la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

En la localidad natal de Eleazar Blandón, llamada Jinotega, tenía lugar un homenaje al difunto tras confirmarse la noticia de la repatriación. En su tierra, el trabajador deja esposa y cinco hijos, que podrán darle el último adiós.

«No fue el calor, fue el patrón»

Por otro lado, el Frente Obrero «ha iniciado una campaña de denuncia política tras la muerte del jornalero Eleazar Blandón», indican desde esta organización, que ha convocado una concentración mañana en la puerta de los juzgados de la Ciudad del Sol, de donde salió en libertad sin fianza el jefe de la cuadrilla del difunto. '¡No lo mató el calor, lo mató el patrón!', se lee en el cartel anunciador de la concentración.

Asimismo, han lanzando «una campaña de recaudación para financiar los gastos funerarios de la familia de Eleazar y los gastos judiciales de la acción popular presentada por el sindicato Frente de Obreros en Lucha en interés directo de los trabajadores, que también participa de la acusación particular en representación de su familiar más cercano», explican en un comunicado.

A su juicio, «la reciente muerte de Eleazar Blandón, que falleció mientras trabajaba en plena ola de calor, ha vuelto a mediatizar la situación de explotación que sufre gran parte de los trabajadores del campo en España».

Mientras tanto, la Inspección Laboral ha abierto expedientes sobre las condiciones de trabajo de los jornaleros que estaban en la finca ubicada entre los municipios murcianos de Puerto Lumbreras y Lorca, donde pasó sus últimas horas de vida el temporero. La investigación sobre qué pasó continúa en marcha.