«Si las actitudes persisten, los contagios seguirán aumentando». Así de contundente se muestra José Antonio Palazón, profesor de Ecología de la Universidad de Murcia (UMU), quien achaca los rebrotes que se están viviendo en la Región de Murcia, y en todo el país, a que no asumimos que el riesgo está presente: «Todos somos peligrosos, pero no lo queremos ver».

Este experto trabaja con el Modelo SIR para conocer la evolución del coronavirus, un sistema consistente en relacionar las variaciones de las tres poblaciones Susceptible, Infectada y Recuperada (SIR) a través de la tasa de infección y el período infeccioso promedio. Para Palazón, la tendencia está clara: «Los contagios aumentan por el contacto y el contacto está aumentando», una situación que «no es previsible, pues mientras haya contactos se podrán disparar los focos».

En esta línea, señala que ya no solo «somos personas sociables, y por eso estamos a la cabeza de contagios en Europa». «Somos así, y no podemos evitarlo. Sería como pedirle a los niños que no jueguen juntos», razona este docente, quien precisamente muestra su preocupación ante la vuelta a las aulas: «¿Quién va a controlar a los alumnos? Es muy fácil decirlo, pero no podemos desdoblar porque no hay espacios ni profesorado suficientes».

Inmunizados contra el miedo

Palazón encuentra el motivo de los rebrotes en el excesivo relajamiento y el aumento de los contactos. «Vemos mucha gente sin llevar cuidado. Nos hemos inmunizado contra el miedo, y luego pagamos el precio». Según este experto, la filosofía individual debería ser asumir que «todos somos peligrosos, todos podemos contagiar», pero en su lugar, «vivimos en un país donde la culpa la tienen siempre los demás, así que yo no tengo que hacer nada», critica.

Este experto asegura que se está jugando con la probabilidad, pues aunque solo el 1% de los contactos sean de riesgo, «la exposición no es alta si nos juntamos con cuatro o cinco personas... ¿pero y si lo hacemos con cuarenta? Es como jugar con un dado de cien caras, y querer que salga el cien. Cuanto más veces tiremos, la probabilidad de que nos salga el cien es mucho mayor. Con los contagios pasa lo mismo».

Palazón también analiza la actitud de los jóvenes que salen de fiesta, algo que achaca a «una naturaleza y no una psicología perversa de los jóvenes», pero recuerda que «en el momento que bebemos alcohol nos desinhibimos, y nos olvidamos de la mascarilla...». Por ello, apunta que «deben ser los padres quienes controlen a sus hijos, pues está en juego su salud».

"Vamos a más"

Según analiza este experto, la tendencia de contagios va en aumento, aunque explica que hacer previsiones «es muy complicado» pues «faltan datos»: «Estamos sufriendo una crisis de datos, hay cifras que se están metiendo en días o, incluso, semanas anteriores, con lo que no es posible hacer un seguimiento, no se ajustaría a la realidad». En cualquier caso, estima que, de seguir con esta tendencia, a finales de agosto podríamos rondar en el mundo los 28 millones de contagios, el doble que a principios de julio.

El riesgo está en que «la velocidad de los contagios aumenta de forma exponiencial» y algunas autonomías no están poniendo suficientes rastreadores. Palazón augura que la situación será «durante un año muy complicada, hasta que tengamos vacuna o tratamientos», y que «el único consejo sensato es reducir el número de contactos, a parte de seguir las recomendaciones de salud». «Tenemos que aprender que esto no es una nueva normalidad, sino una distinta normalidad, hay que normalizar otras costumbres hasta que la cosa se controle».