La incidencia del covid-19 en pacientes con trasplante hepático y bajo tratamiento inmunosupresor es aproximadamente el doble que la de la población general con la misma edad y sexo, pero sin embargo desarrollan de manera menos grave la enfermedad, según un estudio realizado en 24 centros de trasplante españoles integrados en la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH) y que cuenta con la participación de ocho grupos del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (Ciberehd).

En el trabajo, publicado en la revista 'Journal of Hepatology' y coordinado por el doctor José Antonio Pons Miñano, investigador principal del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) y jefe de Sección de Hepatología del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Virgen de la Arrixaca, la cohorte de pacientes con trasplante de hígado fue seleccionada durante la fase ascendente de la curva epidémica de covid-19 en España entre el 28 de febrero y el 7 de abril de 2020. En dicho periodo, 111 pacientes trasplantados de hígado en España fueron diagnosticados de covid-19.

Tras una media de seguimiento de 23 días, 96 pacientes (el 86,5 por ciento) ingresaron en el hospital, 22 (19,8 por ciento) necesitaron ventilación mecánica y 12 (10,8 por ciento) ingresaron en la UCI. Un total de 35 pacientes (31,5 por ciento) cumplieron los criterios de COVID-19 grave. Por otra parte, la tasa de mortalidad fue del 18 por ciento, siendo menor que en la población general de la misma edad y sexo.

«Hemos demostrado que, incluso con un patrón epidemiológico similar, la incidencia de covid-19 en pacientes trasplantados es aproximadamente el doble que la de la población general con la misma edad y sexo, pero sin embargo la mortalidad ha demostrado ser algo menor en este tipo de pacientes. Este hallazgo ha sido completamente inesperado puesto que tienen más comorbilidades que la población general y era de esperar que la mortalidad fuese mayor», explica Manuel Rodríguez Perálvarez, investigador del Ciberehd.

Los investigadores consideran que es posible que el tratamiento inmunosupresor los proteja frente al desarrollo de las formas más graves de covid-19 mediante la atenuación de la denominada 'tormenta de citoquinas'.

Para ello, se ha realizado un análisis pormenorizado de la influencia de cada fármaco inmunosupresor sobre el riesgo de necesidad de ventilación mecánica, ingreso en UCI o fallecimiento, y han encontrado que mofetil micofenolato aumenta la gravedad del cuadro por coronavirus de una forma dosis-dependiente, y que su retirada precoz es capaz de revertir el efecto.

«Por el contrario, tacrolimus, el inmunosupresor más usado en trasplante hepático, se relacionó con una tendencia a menor gravedad, lo que se podría justificar por su actividad antiviral in vitro frente a diferentes tipos de coronavirus demostrada en diferentes estudios», indica Rodríguez.