Distintos institutos científicos han estudiado y revisado durante los últimos años la presencia de microplásticos en la costa Mediterránea y sus principales focos de concentración se sitúa, por ejemplo, en el delta del Ebro o las playas de Málaga. Tanto las desembocaduras de ríos como los emisarios de las depuradoras transfieren cantidades importantes de partículas sintéticas pequeñas al mar.

«Es un contaminante muy importante en el Mediterráneo, y sin embargo la costa española mantiene unos niveles de partículas de plástico idénticos a otras zonas del mundo», explica el investigador del IEO Juan Antonio Campillo. Por eso pide no valorar solo el litoral peninsular como referencia en cuanto a la contaminación de plásticos, sino entender más bien que el mar Mediterráneo es una masa de agua sometida a mucha presión de la actividad humana: «La cantidad de plástico en la columna de agua es relativamente alta», explica. El plástico representa el 95% de los residuos que flotan en el Mediterráneo,un mar que acumula entre el 20 y el 54% de las partículas de microplásticos del planeta.

«Con los microplásticos llevamos 10 años y todavía existen muchas lagunas de conocimiento en cuanto a la toxicidad que producen, qué organismos los pueden captar y cómo los pueden captar. En el caso de peces como el salmonete. detectamos niveles de microplásticos en el estómago con un valor de 18% el mínimo y un 33% el máximo», explica el investigador del IEO.

Una buena forma de analizar la presencia de este compuesto en el mar Mediterráneo es analizar el sedimento del fondo marino, a donde llegan los microplásticos tras ser atraídos al fondo gracias a las bacterias o materia orgánica que se produce alrededor de la partícula una vez esté esta en la columna de agua.

Secuencias temporales

Para saber cómo evoluciona la concentración de estas partículas en un lugar determinado, o la velocidad de degradación que tiene, «debe haber espacios de tiempo de años para establecer una secuencia temporal». Ahora hay medidas sobre el uso reducido de plásticos y las leyes que restringen este aspecto, pero «para ver si esas medidas tienen efecto sobre la calidad del medio marino hace falta mucho tiempo».

Los microplásticos pueden proceder de una degradación en partículas más pequeñas de un objeto de plástico más grande, o ser una partícula primaria que esté incluida en algún producto como la pasta de dientes. De una u otra forma, acaba llegando a la cadena alimenticia de los humanos a través del consumo de peces o el uso de productos que contengan este derivado del petróleo.