La abundancia de microplásticos en los ecosistemas marinos y terrestres, sus formas, su origen, la incidencia que tiene en el ser humano y otros organismos, la contaminación que provocan los aditivos que contienen estas partículas de plástico o incluso cómo se desplazan en la columna de agua son procesos que la comunidad científica está comenzando a entender ahora. Una de las mayores fuentes de contaminación que amenazan, por ejemplo, la salud ambiental del mar Mediterráneo es también un 'desconocido' para los expertos que ya piden incluir el microplástico en una red de vigilancia de contaminación ambiental.

Con estas partículas sintéticas, de las que cada vez se habla más, científicos como los del Instituto Español de Oceanografía llevan diez años combatiendo la falta de conocimiento y por lo pronto ya alertan de las «altas concentraciones» que se han registrado en la costa de la Región de Murcia. Estas partículas, con un tamaño inferior a cinco milímetros, están compuestas de distintos polímeros, que forman la estructura principal del plástico, y de aditivos que permiten a este material sintético soportar distintas inclemencias. Solo con el análisis del polímero se puede saber qué fuente contaminante provoca que se generen altas concentraciones de microplásticos en una zona concreta.

El año pasado el Centro Oceanográfico de Murcia dio un paso más en el estudio de la incidencia de este residuo derivado del petróleo en la costa regional, enfocando su trabajo en tres puntos concretos: La playa de La Llana en San Pedro del Pinatar, las playas de Calblanque en Cartagena y Cabo Cope en Águilas. Los polímeros de microplásticos o de plásticos de mayor tamaño hallados eran diferentes, y entre ellos se detectó la presencia de polipropileno, el más abundante, en Cabo Cope y Calblanque, «y tiene sentido porque el 50% de los plásticos que se producen a nivel mundial son de este tipo de polímero», explica el investigador Juan Antonio Campillo, miembro del Grupo de Investigación de Contaminación Marina del centro del IEO en San Pedro del Pinatar.

Los microplásticos analizados en Cabo Cope tienen su origen en la actividad agrícola de la zona, mientras que la actividad turística y el tráfico marítimo son los responsables de la mayor presencia de microplásticos en las playas de Calblanque. «El uso de redes de plástico provoca la aparición de poliamida, un polímero que se halla en las redes de nylon, y las concentraciones encontradas en La Llana nos lleva a pensar que su origen es de la actividad pesquera», detalla Campillo. «Los contaminantes asociados a cada tipo de microplástico estaban relacionados con las actividades que se hacían cerca». En el caso de los filtros ultravioletas que contienen las cremas solares, su presencia en Calblanque era muy alta.

«Existe relación entre la presencia de estos residuos y la actividad en la zona», subraya el investigador, quien detalla que la abundancia de plásticos, entre ellos microplásticos y nanoplásticos, en las playas de la Llana fue de media 21,3 items/m2 (partículas por metro cuadrado) en Calblanque 128 items/m2 y en Cabo Cope de 21,8 items/m2 .

Restos de microplásticos hallados por los investigadores del IEO en la costa regional

Adsorción de contaminantes

Aunque los investigadores creen que es demasiado pronto para relacionar la presencia de estas partículas sintéticas con la toxicidad que puede producir en el medio ambiente, el enfoque científico se ha dirigido a estudiar la liberación de los aditivos que llevan los plásticos, como «los compuestos que utilizamos para el plastificador o aditivos como el retardante de llamas que se emplea para que no ardan los plásticos», todos ellos nocivos y que suponen «una bomba de contaminación química».

Otro estudio realizado por los expertos marinos del IEO ha logrado determinar que los contaminantes asociados a los plásticos son capaces de liberarse de la composición primaria y transferirse al medio marino. En concreto, los tipos de compuestos que más estaban retenidos a la superficie del polímero eran los hidrocarburos aromáticos polinucleares, así como los derivados de productos cosméticos o de higiene personal. «Estos aditivos son capaces de liberar altas cantidades de contaminantes».

Los organismos, como peces u otras especies, «ingieren esos microplásticos y actúan como vectores de contaminación, porque una vez llegan al estómago liberan muchos de los contaminantes que acompañan a esas partículas de plásticos y son expulsados al medio marino», detalla Campillo, que pide por ello tomarse en serio la monitorización de la contaminación química que produce este proceso.