El coronavirus ha cambiado la sociedad, y, obviamente, la hostelería se convertía de forma inmediata en uno de los sectores más afectados por esta nueva normalidad. Ahora, para prevenir rebrotes de la enfermedad, los establecimientos y bares deben cumplir con una serie de medidas esenciales que garanticen la seguridad de empleados y clientes, y que ayude a recuperar la confianza, en especial de los segundos, en el sector hostelero.

Para ello, todos los trabajadores tendrán permanentemente a su disposición en el lugar de trabajo geles hidroalcohólicos o desinfectantes. Cuando no pueda garantizarse la distancia de seguridad interpersonal de aproximadamente dos metros, se asegurará que los trabajadores dispongan de equipos de protección adecuados al nivel de riesgo.

En las tareas de limpieza, se prestará especial atención a las zonas de uso común y a las superficies de contacto más frecuentes como pomos de puertas, mesas, muebles, pasamanos, suelos o teléfonos. Además, en caso de que se empleen uniformes o ropa de trabajo, se procederá al lavado y desinfección diaria de los mismos. También se deberán realizar tareas de ventilación periódica en las instalaciones y, como mínimo, de forma diaria y por espacio de cinco minutos. Se permitirá el uso de aseos a los clientes, siendo la ocupación máxima de una persona.