Frenar la velocidad del agua, promover su infiltración y canalizarla son los objetivos de las soluciones de carácter general planteadas para reforzar la seguridad de las personas ante posibles lluvias torrenciales, que corresponden con medidas concretas atendiendo a las zonas y funcionalidades de las cuencas vertientes.

Así lo ha avanzado el consejero de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga, este lunes tras la celebración de la última reunión del Panel de Expertos para la prevención de Inundaciones de la Región de Murcia que se constituyó en septiembre del pasado año y tras la creación por parte del Ejecutivo regional de una figura específica para el seguimiento de las actuaciones necesarias para reparar los daños causados por la DANA.

El consejero ha informado que su departamento está editando un documento que tiene previsto presentar en septiembre, que recopile las medidas planteadas por los profesionales "de primer orden" que han formado parte del Panel, que incluirá las medidas de carácter general y las diseñadas para zonas específicas como el Mar Menor, el Campillo de Lorca, y la zona de Alquerías y El Raal, en Murcia, y Beniel.

SOLUCIONES GENERALES

El consejero ha manifestado que los expertos han planteado posibles soluciones de carácter general para mejorar la gestión del riesgo de inundación desde una perspectiva técnica abordando el problema en su integridad, independientemente de a qué administración corresponde desarrollar las soluciones sugeridas.

Atendiendo a las zonas y funcionalidades de las cuencas vertientes, pueden diferenciarse tres tipologías fundamentales. En primer lugar, se encontrarían las cabeceras y áreas de captación que tienen una orografía generalmente escarpada y cauces marcados y bien encajados. Las medidas en esta zona deben ir encaminadas a frenar la velocidad, recuperar la capacidad de infiltración y limitar la erosión.

Las actuaciones en estas zonas se orientarían, sobre todo, a reducir daños aguas abajo y a minimizar los arrastres sólidos. Así, sería conveniente ejecutar obras de corrección hidrológico-forestal, mediante la regeneración de las cubiertas vegetales y la construcción de correcciones hidrológicas, fundamentalmente pequeños diques, albarradas, entre otros.

También se pueden ejecutar obras de mejoras en los cauces, comúnmente denominadas correcciones hidrológicas, como diques de gaviones o de mampostería, como el mostrado en la imagen, de los que existen muchos antecedentes y realizaciones por toda la Región.

En segundo lugar, estarían las áreas intermedias donde la proporción de agua precipitada que se transforma en caudal de avenida es menor, debido a la menor pendiente del relieve.

El consejero se ha referido a que el problema fundamental en esta zona es el de transportar las aguas sin desbordamientos dañinos en los cauces mediante las necesarias medidas de recuperación de espacio propio para las cauces y sus zonas de ribera (canalizaciones) y favorecer en lo posible su reducción mediante el mantenimiento de vegetaciones de ribera que puedan laminar el flujo, rebajando su velocidad y capacidad destructiva.

Para estas áreas se plantea el aterrazamiento de las parcelas agrícolas, roturación del terreno según las curvas de nivel, mantenimiento o ejecución de infraestructuras de captación y retención de aguas de lluvia, sobre todo en cultivos de secano, así como la disposición de franjas o zonas de retención de escorrentías.

En las áreas bajas o desembocadura, los relieves son prácticamente inexistentes, los cauces se han desdibujado, y el sistema de drenaje natural se encuentra muy alterado por la acción del hombre.

Las actuaciones principales son las orientadas a la recuperación de cauces y restauración de una red de flujo que permita el drenaje a las desembocaduras de los caudales procedentes de aguas arriba, sin producir daños materiales o minimizándolos.