Con agosto a la vuelta de la esquina, los expertos de Tráfico se preparan para un verano atípico, marcado por la pandemia de coronavirus, cuyos rebrotes preocupan en toda España, también en la Región.

En tiempos de confinamiento, el tráfico en las carreteras de la comunidad se redujo, obviamente, en un 96%, con un panorama nunca visto.

Dado que mucha gente optó por unas vacaciones por la Península, para evitar coger un avión y salir a un país extranjero, por si la evolución de la pandemia era adversa, se prevé que las carreteras aglutinen un gran número de vehículos, especialmente el fin de semana que viene, pues el sábado próximo es ya día 1 de agosto.

El año pasado, durante la Operación Verano, en la que trabajaron casi 800 agentes, se contabilizaron en la comunidad 102 accidentes, frente a los 66 ocurridos en el año 2018, lo que implicó un ascenso 35,3 %.

Del total de estos siniestros viales, la mayoría (76) se saldaron con daños materiales. Se ha reducido la mortalidad en un 75%, con tan solo un fallecido frente a los cuatro que hubo en las vacaciones de 2018.

A la hora de hacer el balance del año pasado, destaca el hecho de que la mayoría de las colisiones, vuelcos o atropellos registrados en los horarios considerados de Operación Verano no se dan en aquellos grandes atascos de autovías: y es que no corresponden a desplazamientos de largo recorrido derivados de las vacaciones estivales, sino que se registraron en trayectos cortos. Los escenarios: carreteras de segundo y tercer orden ajenas al flujo circulatorio extraordinario de la operación.

Los accidentes que se produjeron en las autovías A7 y A30 fueron, mayoritariamente, de chapa. En estas carreteras sí llegó a haber saturación de muchos kilómetros.