La caza no es suficiente. La población de conejos en determinados municipios y comarcas de la Región de Murcia no deja de crecer y tras el estado de alarma el problema se ha agravado. Los daños en los cultivos y la proliferación de garrapatas son dos cuestiones que han obligado a pensar en más medidas para el control de esta especie. La Comunidad permitió durante el estado de alarma la caza del conejo de monte y del jabalí ante los numerosos terrenos de fincas afectados en zonas como las comarcas de la Vega Media u Oriental. Tras el fin del confinamiento, el control cinegético del conejo se sigue llevando a cabo en los municipios de Fortuna, Abanilla, Molina de Segura, Archena, Abarán, Albudeite, Blanca, Campos del Río, Mula y Yecla, es decir, en los territorios declarados Comarca de Emergencia Cinegética Temporal por alta densidad de población de conejos.

A la cacería de esta especie se ha sumado ahora el zorro. La Federación de Caza de la Región de Murcia, la Consejería de Agricultura y COAG llevan a cabo un proyecto cinegético pionero con zorros en fincas agrícolas de Molina de Segura para estudiar si el empleo de esta especie depredadora es eficaz en el control de la población de conejos. Solo en este municipio este año ya son 4.000 hectáreas afectadas, con daños en todo tipo de cultivo, por el crecimiento descontrolado del Oryctolagus cuniculus (conejo común).

En distintos terrenos, se pretende ensayar la eficacia del uso de varios ejemplares de zorro comprados a una empresa de captura de especies depredadoras. A estos animales se les monitorizará en el terreno con un dispositivo GPS en el cuello y se comparará esos resultados con los obtenidos en otros terrenos donde se cazará con escopeta, hurón, perro u otros medios, con jaulas trampa en otra finca y con una más donde no se actúe contra el conejo. En un año como 2019, la Federación de Caza registró el abatimiento de 340.000 ejemplares de conejos y en un municipio como el de Molina se han eliminado hasta ahora más de 10.000.

«El ensayo se llevará a cabo a lo largo de un año», explica Pedro Antonio Gomariz, responsable estatal de cítricos de COAG y precursor de este proyecto. Gomariz fue el agricultor que puso el grito en el cielo durante el estado de alarma ante la sobrepoblación de conejos con la que se estaban encontrando muchos agricultores de la Vega Media. «La caza este año ha ayudado, pero siguen creciendo. Hay muchas zonas donde no se pueden cazar conejos como terrenos próximos a polígonos, zonas rurales, parcelas abandonadas..., todos los sitios donde puedan encontrar refugio», señala el representante de COAG. Esto deriva en una mayor plaga de garrapatas y daños en las fincas, donde los conejos devoran la corteza de los árboles, los cultivos de hortalizas o las mangueras de riego, «y estos daños nos obligan a arrancar muchas plantaciones, incluidos cítricos, ciruelos, melocotoneros o albaricoqueros ante el daño causado».

Según estimaciones de COAG, en los terrenos más afectados los daños pueden alcanzar al 40% de la producción total de la finca, mientras que los que presentan menos problemas pueden llegar al 20%.

Dos años de emergencia

La guerra contra la población del conejo se libra este año sobre todo en esta parte de la Región, a la que se suma municipios como Cieza, Villanueva del Segura, Alhama de Murcia o Librilla, entre otros. «La caza que se lleva a cabo en estas situaciones es muy técnica, profesional y no deportiva», explica Francisco Bastida, presidente de la Federación de Caza de la Región de Murcia.

Las sociedades de caza de los distintos municipios de la Región son las que pueden intervenir en estos territorios declarados Comarca de Emergencia Cinegética Temporal cuya problemática se sitúa fuera de los cotos privados. En estos municipios no hace falta el visto bueno de los agentes medioambientales para constatar el daño en cultivos. La orden que regula esta medida para controlar la población de conejos finaliza en octubre y desde COAG ya han solicitado ampliarla dos años.