La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) retiró varias toneladas de residuos sólidos flotantes acumulados en la barrera de retención que hay instalada en el cauce antiguo del río Segura, en Guardamar del Segura. El organismo de cuenca ya quitó hace tan solo un mes tres toneladas de basura acumulada en el mismo punto de la desembocadura del río. En la Región solo hay instalada una barrera de flotantes en Beniel, del mismo modo la Contrapada ejerce como una barrera natural. Desde la CHS apuntan a que, pese a estas barreras, muchos sólidos continúan recirculando a través de la red de acequias y azarbes río abajo. Los regantes de la Vega Baja acusan a los regantes murcianos de verter esos residuos pero estos lo niegan.

Es un gran problema al que de momento no se le ha dado solución. La imagen de miles de kilos de todo tipo de residuos. En solo un mes la barrera de flotantes ha vuelto a llenarse de basura y tal es su acumulación que los trabajos de retirada acabarán hoy. En lo que llevamos de año la CHS ya ha tenido que ejecutar limpiezas en febrero y mayo, a la que se suma esta última, que ha costado en torno a 50.000 euros.

Fuentes de la CHS reconocieron a este diario estar cansados de ver cómo la desembocadura del río se llena de residuos. Las mismas fuentes señalaron que el organismo de cuenca se está planteando asumir la limpieza de las barreras de flotantes de toda la cuenca del Segura y después repercutir el coste a los regantes. La tarifa se trasladaría al conjunto de comunidades de regantes anualmente con el fin de repartir los costes de mantenimiento de la limpieza del cauce. Esta solución no es la preferida por la Confederación y señalan cuatro posibles soluciones. Una de ellas, la instalación de rejillas en todos los azarbes, para lo que la CHS ha presupuestado 150.000 euros, siempre que de su mantenimiento se ocupen tanto los regantes como los ayuntamientos, estos últimos con la retirada de los flotantes de las rejillas a los contenedores y, posteriormente, a las plantas de valorización. Las otras dos serían continuar la retirada periódica de los residuos con un brazo mecánico en Guardamar, una opción que, dicen, supone pérdidas de tiempo en el proceso de adjudicación del contrato y la consecuente acumulación de residuos. La última, sería instalar más barreras de flotantes y que su limpieza corriera a cargo de los ayuntamientos. De momento la colaboración, aseguran, ha sido poca, pues los regantes se niegan a correr con el mantenimiento aludiendo que los residuos que llegan no son suyos.

Urbanos

El organismo de cuenca apunta a que el 90% de los residuos acumulados son urbanos y el resto agrícolas y de otro origen (como animales muertos). Por ello, considera que deben ser los municipios los que se ocupen de la retirada de los residuos que quedarían atrapados en las rejillas, a través del gestor de residuos. De ahí la intención del organismo de cuenca de llegar a un acuerdo con los regantes, ya que tanto las acequias como los azarbes son privados, para que den su permiso para la instalación de unas rejas en los entronques de los azarbes con el cauce que impida que los residuos acaben en el Segura y también con el Consorcio de residuos y con los propios consistorios.

El problema de las barreras de flotantes es su mantenimiento. Sin rejillas en los azarbes, no tardan en llenarse de basura esas barreras de contención y hay que sacar esos vertidos. La CHS pretende que la limpieza y mantenimiento del cauce sea a tres bandas: la propia Confederación, las comunidades de regantes y los ayuntamientos.

El presidente de la CHS, Mario Urrea, anunció hace unos días que tratará de recuperar el sistema automático de limpieza que tenía la barrera de flotantes de Guardamar en sus inicios, pero esto no solucionará el grave problema que supone tener uno de los ríos con más basura del país. Los operarios se afanaban ayer, por medio de grúas, a sacar el máximo posible de residuos en la barrera de flotantes de la desembocadura, también de cañas. Las labores de limpieza se basan en el arrastre manual de los residuos flotantes con maquinaria pesada.

Rechazo de los regantes

Los regantes no han recibido bien la noticia de la CHS. La comunidades denuncian que la cantidad de residuos vertidos al río no son los mismos en cada tramo. Desde la Junta Central de Regantes de la Vega Alta aseguran que en su caso «las acequias discurren limpias» y que son otras zonas como «la Vega Media y Baja son las que más cantidad de residuos acumulan». El secreto de esta pulcritud, aseguran, está en el encauzamiento de las acequias, que impide estas prácticas incívicas. Reclaman que «los que ensucian más, paguen más» e informan de que la CHS todavía no se ha dirigido a ellos, y en caso de que establecieran esa tarifa, presentarán alegaciones.