La recuperación del Mar Menory tendrá que pasar antes por identificar y cortar la entrada de nutrientes a la laguna, al menos en un 50 %, ya que estos continúan llegando a través de vertidos, escorrentías y aguas subterráneas. El último informe actualizado del Instituto Español de Oceanografía entregado al Ministerio para la Transición Ecológica apunta a unas soluciones alejadas de la construcción de grandes infraestructuras que impidan la llegada de vertidos a la laguna y apuesta por las soluciones basadas en la naturaleza.

Más allá de la contaminación ya identificada por la comunidad científica con origen en la actividad agraria y urbana en la cuenca vertiente, el IEO pone encima de la mesa el problema de la contaminación metálica, la contaminación química, las obras costeras, puertos, dragados y el mantenimiento de playas.

El proceso de eutrofización que sufre el Mar Menor no solo ha afectado al ecosistema lagunar sino que ha superado los límites de esta albufera y ha llegado hasta el mar Mediterráneo. El Oceanográfico señala en su informe que el deterioro de la calidad del agua de la laguna que sale por el canal del Estacio en dirección a la isla Grosa parece haber causado un deterioro «bastante significativo» en las praderas de Posidonia oceánica de hasta 157,4 hectáreas.

En el informe han participado 28 autores, la mayoría de ellos (20) pertenecientes al Instituto Español de Oceanografía, si bien hay expertos también de otras instituciones, como la Universidad de Alicante, la Universidad Politécnica de Cartagena, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, dependiente del CSIC, entre otras.

El documento aborda la evolución del ecosistema marino lagunar, las causas y consecuencias de la crisis ecológica del Mar Menor y analiza la dinámica de recuperación y posibles soluciones. Para conocer la evolución del ecosistema se analizan los datos existentes para los distintos parámetros: batimetría, tipos de fondo, composición de los sedimentos, campo térmico, campo halino, material particulado en suspensión, patrón de circulación lagunar, flujo de entrada y salida en el canal del Estacio, tiempos de renovación lagunar, nutrientes, respuestas del plancton, turbidez y praderas marinas o el impacto de los episodios de DANA

Los expertos advierten de antemano de que revertir la crisis ecológica del Mar Menor será «un proceso largo y muy complejo porque, incluso con la eliminación de todas las entradas de nutrientes procedentes de la cuenca, la liberación de nutrientes desde sus fondos y los aportes desde las aguas subterráneas continuarán durante bastante tiempo».

Frente al frágil estado de la laguna, el IEO plantea en sus conclusiones medidas que contribuyan a reducir las entradas de nutrientes en origen en más de un 50% llevando a cabo mejoras en las prácticas agrícolas y aplicando soluciones basadas en la naturaleza. Entre ellas está la recuperación de cauces, reducción de la erosión, empleo, sistema de filtrado de nutrientes con el uso de biorreactores de madera o de bivalvos, protección y recuperación de humedales en el entorno de la laguna como La Hita, Marina del Carmolí, Marchamalo, Lo Poyo o Las Almoladeras.

El informe también alerta de que a día de hoy «siguen existiendo lagunas de conocimiento de las entradas superficiales de vertidos agrícolas dispersas por el territorio». Determinar por dónde entran y en qué cantidad los aportes de aguas subterráneas también lo destaca el IEO, que refleja que en este campo «todavía falta mucha información». Respecto al efecto de los sedimentos que arrastran las lluvias desde los alcantarillados de núcleos urbanos y de la actividad agrícola, el instituto pide avanzar en el conocimiento de esta causa de contaminación y medidas para reducirla.

Desaconsejan dragar las golas y piden revisar el Plan Vertido Cero

El Oceanográfico no está de acuerdo con el dragado o la ampliación de las golas que comunican los dos mares. Esta medida dirigida a oxigenar la columna de agua en caso de anoxia o riesgo de esta «no se puede considerar como solución óptima para resolver el problema de la eutrofización y sus efectos en la laguna».

Además, priorizar la obra pública, la línea general del Plan Vertido Cero, no es la solución si se quieren implantar medidas basadas en la naturaleza. El IEO es el último organismo en apuntarse al argumento de que se debería revisar este plan que acabaría con la entrada de contaminantes y aportes de agua con nutrientes en la laguna. Deben replantearse las medidas prioritarias de este plan y apostar por el «desarrollo de infraestructuras verde-azul».