La nueva orden permite seguir comiendo y bebiendo fuera de casa sin mascarilla: obviamente, hay que retirarse esta protección para llevarse el vaso a la boca.

El presidente López Miras decía este lunes que podrá dejar de utilizarse «cuando se esté ingiriendo algún alimento o alguna bebida». No obstante, el mero hecho de estar en una terraza con amigos, simplemente hablando, no es motivo para no usar la mascarilla.

La forma de proceder sería quitársela cuando se fuese a beber y volver a ponérsela. El no llevar puesta la protección será considerado como infracción en materia de salud pública, lo que conlleva una multa de cien euros si las autoridades lo estiman oportuno.