En pleno verano que nos encontramos, uno intenta buscar una sombra poder cobijarse de las temperaturas estivales, que sin duda hacen un llamamiento a poder pegarse un chapuzón o tener a nuestro lado la compañía inseparable del mando del aire acondicionado.

Por suerte no hemos visto aún las ranas con cantimploras, porque los termómetros en la región no han subido a temperaturas asfixiantes aunque la sensación térmica ha ido aumentando cada días más durante este mes de julio.

Este fin de semana seguro que más de uno aprovechará para hacer una escapada a las playas y disfrutar así de un buen baño refrescante que haga mas liviano estos días de calor.

Sin duda este verano está siendo muy diferente a otros años, sobre todo por la situación producida por el covid-19, que ha hecho que los encuentros sociales se encuentren mucho más limitados debido a las recomendaciones sanitarias para poder frenar el virus.

Todos debemos seguir esta línea de ataque al virus e intentar mantener esas recomendaciones que pasan por el distanciamiento social que a muchos le está costando un poco más en esta época de verano que siempre ha estado caracterizada por ser momento de salir más a la calle y de disfrutar del ocio nocturno.

La ejemplaridad que están llevando a cabo los locales de ocio nocturno está siendo excelente, sin contar algunos casos aislados que no dependen de la dirección de estos, sino de la irresponsabilidad de las personas que se toman a juego el momento en el que vivimos.

Por otro lado, algo que es un poco mas difícil de controlar, pero que los cuerpos policiales llevan en su hoja de ruta todas las temporadas estivales, es darle freno al consumo de alcohol en la vía pública o lo que tradicionalmente todos conocemos como botelleo.

Tradicionalmente una vez baja el sol, las calles de las zonas costeras se llenan de jóvenes que su bolsillo no llega a pagarse más de una copa en discotecas y pubs, por ello recurren a comprar botellas de alcohol y consumirlo con varios amigos en la calle.

El botelleo de por sí es algo difícil de erradicar, y es un hecho que sin duda crea bastante indignación por los vecinos del lugar donde se realiza, siendo las principales quejas las relacionadas con el estado de la zona donde se ha practicado, ya que termina repleta de basura, vidrios, además de otras conductas relacionadas con el ruido y otras molestias que se generan.

Estos encuentros se convierten en una de las postales del verano, con jóvenes que llegan al borde del desmayo debido a intoxicaciones etílicas que movilizan servicios de emergencias que podrían atender otro tipo de urgencias médicas.

Además, en el mundo de las redes sociales en la que nos encontramos inmersos hoy en día, hacen que cientos de jóvenes se den cita a través de los botelleos digitales y con ello provocan grandes concentraciones de jóvenes en las calles y consumiendo alcohol.

Independientemente de que el consumo de alcohol en la vía pública esté prohibido, es vital que los jóvenes sean conscientes de la situación en la que nos encontramos y que un menor descuido puede provocar un aumento del número de infectados por coronavirus.

Además, no debemos pasar por alto aquellos que después se encuentran decididos a conducir sus vehículos después de haber tomado un par de copas, ya que el gesto de saber parar de beber alcohol en su momento es una de las mejores formas de tener respeto a los demás conductores que conducen perfectamente, si bien es muy importante que os recuerde que cualquier gota de alcohol al final afecta al organismo, aunque no demos positivo.

Por ello, hago un llamamiento a la sensatez y el respeto a las normas de seguridad vial, y que si pretendemos tomar alguna copa de más, y tenemos la intención de coger el coche, que lo pensemos dos veces, y nos planteemos usar otras alternativas, como el autobús o el taxi.