Casi en un recoveco, como tímida, se presenta la diosa mediterránea Tanit, en su pebetero de cerámica. Procedente de Santa Catalina del Monte, en Murcia, fue una entrega de un particular allá por 2015, y ahora forma parte de la exposición que alberga el Museo Arqueológico de Murcia.

La muestra se llama Luchando contra el expolio e incluye más de 900 piezas arqueológicas atesoradas ilegalmente por individuos y redes organizadas dedicadas al expolio de yacimientos, y se podrá ver en el Museo Arqueológico de Murcia hasta finales de diciembre. El horario de visitas es de martes a viernes, de 10 a 14 y de 17 a 20 horas; sábados, de 11 a 14 y de 17 a 20 horas; domingos y festivos, de 11 a 14 horas. Los meses de julio y agosto, de 10 a 14 horas.

Algunas de las piezas que integran esta exposición. Israel Sánchez

No son solo piezas decomisadas: también las hay entregadas. En la exposición (que este viernes fue presentada por el delegado del Gobierno, José Vélez, y por la consejera de Cultura, Esperanza Moreno) incluye, por ejemplo, una hoja de lanza y una espada ibérica, ambas de hierro, que fueron dadas por un particular a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Del mismo modo se recuperó una colección de 13 glandes de plomo íbero, procedentes del Castillico de las Peñas, en Fortuna, y una hoja de hacha de bronce.

Un policía nacional pasa junto a una vitrina de la muestra. Israel Sánchez

Tanto la Benemérita como la Policía Nacional han recuperado en los últimos años más de 20.000 piezas. Entre las más destacadas, apuntó la consejera, están los ídolos oculados en hueso largo, procedentes de la Cueva de la Hoja de Cehegín, y la urna de cerámica ibérica de las Cabezuelas de Totana. En ambos casos se trata de piezas a las que se les perdió la pista, hasta que los investigadores dieron con ellas y ahora están en el Arqueológico de Murcia.

Falos y restos óseos

Otra historia particular es la del casco tipo Montefortino, que se encontró aplastado al pie del pico de Revolcadores. Se lo explicaba Luis de Miquel, comisario de la exposición, a las autoridades, cuando hicieron un recorrido para ver la muestra, donde hay símbolos fálicos y hasta un ejemplo de lo que no se debe hacer: una recreación de cómo sería una excavación clandestina, con restos óseos humanos (de pega, claro), incluidos. Explica lo que no se debe hacer.

Moreno habló de que exposiciones así también valen para «concienciar a la población sobre el detrimento que supone el expolio arqueológico», al tiempo que aludió al «deber del ciudadano de colaborar entregando aquellos bienes ilegales que tenga en su posesión».

Por su parte, el delegado del Gobierno remarcó que «el patrimonio histórico de un país y sus habitantes constituye nuestra memoria colectiva», por lo que valoró la «lucha contra el tráfico ilícito de todos estos bienes». «Tenemos que valorar lo que tenemos y tenemos grandes profesionales», hizo hincapié.