Detectar el SARS-CoV-2 en espacios cerrados utilizando como 'trampas de coronavirus' superficies de distintos materiales que logren retener más partículas del virus y que sean un indicador de que alguien está infectado dentro de un recinto. El Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) está llevando a cabo una investigación, que en su fase preliminar ha logrado resultados positivos, para averiguar la capacidad de detección del virus en distintas superficies y qué tiempo puede sobrevivir este en un espacio cerrado donde se encuentra una persona infectada por coronavirus.

El fin último de este estudio que está realizando Esteban Orenes, responsable de la Unidad de Proteómica del IMIB-Arrixaca, es poder utilizar las superficies que más partículas retiene como «comprobador precoz» de la presencia del virus en una sala cultural, centro de educación u otro recinto que permita la estancia de un grupo de personas.

Los primeros resultados se dieron tras detectar en dos superficies de polipropileno y vidrio, aisladas dentro de unas cajas, partículas del virus a las 72 horas de ser instaladas en habitaciones donde estaban ingresados pacientes con covid-19 en el Hospital Virgen de la Arrixaca. La acumulación de partículas del virus a los tres días fue suficiente para ser detectado a través de las pruebas PCR, las cuales no dieron positivo a las 24 y 48 horas de emplear estas 'trampas' en las habitaciones de los pacientes.

Orenes trabajó durante los momentos más duros de la crisis sanitaria en confeccionar estas cajas con superficies de distintos materiales en su interior que colocó en seis habitaciones de pacientes ingresados por coronavirus, tres de ellos en planta y otros tres en la Unidad de Cuidados Intensivos. Entre esos materiales empleados, el investigador utilizó polipropileno, PVC, metacrilato, vidrio, agar y acero galvanizado. Al final, solo dos resultaron positivos.

«La idea es averiguar si se puede detectar la presencia de las partículas en una superficie que no haya estado en contacto con nada, y que el paciente mediante estornudos o toses, propague el virus por la habitación hasta que se acumule una cantidad importante en la superficie, y que dé positivo en la PCR», explica Orenes.

El estudio pretende ahora averiguar si el empleo de una sonda nasal o no ayuda a una mayor propagación del virus dentro de un habitáculo, así como analizar cuánto tiempo tardaría en dar positivo el material con un paciente con mayor o menor carga viral. «Necesitamos más pacientes, más materiales y estudiar si el virus permanece más tiempo en las superficies», remarca el investigador. Con los primeros resultados se entiende que «se necesita un tiempo considerado (72 horas) para que se detecte con una cantidad suficiente de partículas debido a la sensibilidad de la PCR». Estas 'trampas' también podrían servir en un futuro con otros virus.