Debido a la gran afluencia de medusas en aguas del Mar Menor como consecuencia de la apertura del canal del Estacio, en los años setenta se comenzó a poner redes en las diferentes playas de la laguna salada con la intención de proteger a los bañistas de estos cnidarios.

Sin embargo, según denuncia la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor "no importa que ya no haya un número significativo de medusas" y se siguen instalando redes todos los veranos a principios del mes de julio con la intención de contener a los animales marinos.

Los integrantes de Pacto por el Mar Menor aseveran que "no entienden este despilfarro de dinero público que no solo no cumple la función para la que fueron pensadas" alegando que todos lo años aparencen rotas pocos días después de que las instalen por lo que además de no contener a las medusas, impiden el paso de peces.

Asimismo, la plataforma asegura que las mallas limitan el acceso de equipos de windsurf o kitesurf deportes que "se deberían potenciar en detrimento de la náutica a motor" además de "acumular materia muerta que contribuye a la turbidez de las aguas y constituir un impacto visual al valor paisajístico del Mar Menor".