La lista de espera para hacerle un funeral como Dios manda a alguien no ha llegado a todos los rincones de la Región de Murcia. Algunos lugares, como Patiño o Yecla, no han tenido demanda exagerada de vecinos que pidiesen un acto de recuerdo para sus difuntos para ya. Hay misas, pero no se acumulan.

En el caso de la citada pedanía murciana, «no hemos tenido que realizar numerosos funerales, por lo que no se generan esos retrasos», detalla a LA OPINIÓN el párroco, Ángel Mateo. Según su experiencia, «todo continúa como antes de la pandemia», a excepción de «las normas higiénicas que hay que seguir llevando a cabo» para prevenir.

Entre ellas, reducir el aforo dentro de las iglesias, así como, el uso obligatorio de mascarillas y la nueva forma de tomar la comunión: sin que el sacerdote la dé en la boca. Se trata de normas que en su momento puso el obispo.

Durante el confinamiento, las familias o allegados se ponían en contacto con las iglesias por vía telefónica, porque no les quedaba otro remedio. Ya entonces se empezaron a acumular misas de difuntos, a 'apalabrar', para cuando se pudiese. Ahora ya se puede y se hacen de forma constante, aunque no se acumulan.

Desde el momento en que se relajan las medidas de confinamiento, «los ciudadanos pueden venir a la iglesia para informarse de los horarios y acudir presencialmente a la misa», valora Asensio Morales, párroco de la Iglesia del Niño Jesús en Yecla.