La magistrada Ascensión Martín era designada hace dos años coordinadora de Juezas y Jueces para la Democracia en Murcia. Martín, magistrada en la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Murcia, ha sido ahora nombrada portavoz nacional de Juezas y Jueces para la Democracia, cargo que recibe «muy agradecida». La asociación progresista celebraba hace unos días las elecciones al Secretariado de forma telemática y postal, debido a la imposibilidad de celebrar presencialmente su congreso bianual. Ascensión Martín recibe a LA OPINIÓN en su despacho del Palacio de Justicia de Murcia, donde estaba deseando regresar a trabajar de modo presencial, pues valora el contacto humano muy por encima de las bondades de la tecnología.

Lo primero, enhorabuena por el nombramiento. ¿Cómo lo ha recibido?

Muy agradecida a mis compañeros, que me han elegido. Espero poder aportar algo para contribuir a la mejora de la Justicia en general y a la mejora de la asociación en particular. Asumo esta responsabilidad en tiempos malos...

¿Malos por coronavirus

La situación del país no es buena y eso implica a todas las instituciones, también a la Justicia. Por ejemplo, en Juezas y Jueces para la Democracia no hemos podido hacer un congreso presencial: votamos telemáticamente.

Faltó el factor humano, los abrazos al dar la enhorabuena...

Estar acompañada presencialmente por los compañeros te da más confianza, pero no teníamos más remedio, los plazos hay que cumplirlos. Me gustaría, cuando se pudiera, celebrar un congreso, para que nos relacionemos y debatamos todas. Hay cosas que te gusta oír de la gente. Y verla.

¿Cómo ha sido lo de aplicar Justicia en el confinamiento?

Todos hemos hecho un esfuerzo tremendo para empezar con teletrabajo de un día para otro, para que siguiese funcionando el sistema judicial. En la Sala en la que yo estoy, se han dictado el mismo número de sentencias que si hubiésemos estado de forma presencial. Ahora se va a reforzar lo Social y lo Mercantil, en previsión de que haya más trabajo, por el tema de los ERTE. Aunque ahora mismo no se puede predecir, imagina que luego se necesita refuerzo en Familia. Hay que vivir un poco más el día a día.

En todos los ámbitos, ¿no?

Sí. Durante la pandemia, además, muchas mujeres hemos tenido que aguantar el confinamiento en casa, con los niños, teletrabajando... el diez durante este confinamiento ha sido para la ciudadanía.

¿Imagina que se implantará un día una Justicia cien por cien digital? ¿Que jueces y acusados se viesen por una pantalla?

¡Espero que no! (ríe) Porque la proximidad considero que es algo positivo. Una compañera que ha estado en Chicago contaba que allí había medidas cautelares que las dictaban máquinas. Eso es muy deshumanizado. La Justicia de proximidad tiene mucho valor, hay gente a la que le gusta ver al juez y que el juez le diga las cosas, aunque no sean cosas agradables. El trato personal y humano es más agradable. ¿Que dentro de diez o veinte años hay una forma virtual que te dicte una sentencia? Pues espero que tarde mucho tiempo, porque perderíamos todos.

Al igual que con el congreso virtual, les faltaría el trato humano...

El contacto con la gente para mí es fundamental. A lo mejor hay un día en el que un robot lo haga muy bien en la Justicia, como pasa con los médicos, a los que les puede ayudar un robot. Pero nunca sustituir....

A nivel personal, ¿cómo ha llevado usted el confinamiento más estricto?

Unos días bien y otros días regular. En la Sala se decidió que teníamos que trabajar al mismo ritmo que si estuviéramos de forma presencial. A partir del 15 ó 16 de marzo todos asumimos el reto de adaptarlos a la situación. Esta situación nos ha venido a todos grandísima. ¿Se podía haber hecho mejor? Pues no lo sé, pero desde luego el esfuerzo lo hemos puesto.

¿Tiene usted la sensasión de que la gente, en general, confía en la Justicia o no?

Si hay gente que no confía en la Justicia, es que el Consejo General del Poder Judicial no ha sabido transmitirlo bien. La mayoría hace todo lo que puede, con esfuerzo y trabajo diario. Piensa que, cuando ya han agotado todas las vías, la gente va al juzgado, porque ahí les van a escuchar. El colapso hay que verlo desde un punto de vista positivo.

¿El colapso en los juzgados?

A lo mejor ir a los juzgados es la única manera que tiene el ciudadano de que se le escuche. Por eso desde la Justicia hemos de transmitir ilusión. Como la ilusión que tenemos de continuar con nuestro trabajo. Eso lo tiene que hacer también el Consejo, transmitir ilusión. Desde Juezas y Jueces para la Democracia trabajamos para que el Consejo colabore en la mejora judicial.

¿El Poder Judicial cómo va, desde su punto de vista?

Es obvio que la institución, ya pasado el estado de alarma, tiene que renovarse, porque ya llevamos dos años de retraso. Y es importante, no puede ser que se dé una dilación indebida en la renovación de la institución. Y es porque los partidos no se han puesto de acuerdo...

"El caso de la catana me afectó mucho y pensé que era el momento de cambiar"

Ascensión Martín llegaba a la Región de Murcia en 1991, y lo hacía para ser jueza de Menores. «Mi primer destino en Murcia, en el que pasé quince maravillosos años», rememora. De ahí pasó a la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Murcia. Considera que «los retos y los cambios siempre vienen bien», puesto que «enriquecen a la profesión y a la persona».

A la hora de pedir el cambio, reconoce que hubo un hecho crucial: en abril del año 2000, el adolescente José Rabadán mataba a sus padres y a su hermana pequeña en Santiago el Mayor con una catana. Se le juzgó con la recién aprobada Ley del Menor, lo que generó todo un debate en la calle sobre este cambio legislativo y la reinserción de los criminales. A Martín le tocó llevar el asunto.

«El caso de la catana me afectó bastante y pensé que era el momento de explorar otras cosas», comenta la juez, al tiempo que apostilla que existieron «más factores» que le hicieron «pensar que era un momento de cambio, que quince años en un sitio estaba muy bien y había que afrontar otros retos», manifiesta.

«Menores es fundamental», sentencia sobre esta sección, que juzga a quienes no han cumplido los 18 años. En opinión de Martín, es donde «hay un factor más humano», al igual que en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, por ejemplo. No obstante, «decidí que había que cambiar».

«Estoy muy a gusto», afirma sobre su labor en la Sala de lo Contencioso. Recuerda que también estuvo por «Totana, Caravaca de la Cruz y, en comisión de servicio, en Lorca». El puesto que ahora mismo tiene, remarca, «fue un regalo profesional y estoy muy a gusto», hace hincapié.