Hacerse mayor es ley de vida e implica una serie de cambios en nuestros hábitos y rutinas. La pérdida de determinadas capacidades, las limitaciones en la movilidad física o las necesidades de atención especial hacen del acompañamiento y la asistencia una opción imprescindible en el cuidado de las personas de una edad y dependientes.

Existen muchas maneras de atender a los mayores que necesitan de este apoyo y, no obstante, prefieren quedarse en sus casas, rodeados de sus recuerdos de toda la vida. Porque como en su cama no se duerme en ningún sitio, o porque no quieren separarse de una mascota, o quizás porque con sus vecinos tienen una familia montada, lo cierto es que mucha gente prefiere envejecer en su domicilio y es reacia a ir a una residencia.

Aunque estos centros, cada vez más modernos en la comunidad murciana, suponen un hogar en la senectud, para que el usuario no se preocupe de nada, algunas personas tienen claro que, como en su casa, no están en ninguna parte.

En la Región de Murcia, cada vez más empresas, administraciones públicas y hasta residencias cuentan con este servicio. Basta con abrir la página web del centro en cuestión para encontrar la oferta. Se trata de orientar a las personas o familias que presentan problemas para la realización de las actividades de la vida diaria, proporcionando al mayor los cuidados de tipo personal, doméstico, psicosocial y educativo, mediante una atención directa en su propio hogar a través de intervenciones específicas que favorecen la permanencia e integración en su entorno habitual.

Incluso en los casos en los que las personas mayores se ven con un estado de salud óptimo, el paso del tiempo va mermando algunas capacidades básicas para el desarrollo de las rutinas del día a día. La movilidad, el equilibrio, la memoria, la atención... también es ley de vida: cuando se llega a una edad, no se funciona con la misma eficiencia que durante la juventud, por lo que la asistencia a la persona mayor se convierte en una necesidad.

Mientras que las residencias se rigen por horarios más estrictos en cuanto a, por ejemplo, comidas y cenas, las horas de paseo o las actividades, la asistencia a domicilio se presenta como una alternativa mucho más flexible. Si bien es cierto que la aplicación de una rutina es siempre necesaria y beneficiosa para los mayores, la posibilidad de adaptarla a las necesidades de cada día resulta muy ventajosa. La fuerza de la costumbre tiene bastante poder, y sacar de sus rutinas a una persona que cuenta más de siete u ocho décadas a sus espaldas se hace complejo.

Este mismo mes, la Comunidad destinaba casi 600.000 euros al Ayuntamiento de Puerto Lumbreras para la prestación del servicio de ayuda a domicilio para personas dependientes. En Cartagena, más de un centenar de mayores y personas con discapacidad recibirán asistencia a domicilio gracias al convenio de Ayuntamiento y Comunidad Autónoma.

Durante el confinamiento por coronavirus, por otro lado, la figura del cuidador fue decisiva, ya que hijos y nietos no podían ver (mucho menos, cuidar) a su allegado mayor, por precaución. Los cuidadores, de esta manera, desempeñan un papel fundamental a la hora de garantiza el bienestar y la calidad de vida del mayor, ya que una parte imprescindible de su trabajo es ofrecer compañía y apoyo psicológico y afectivo. El mayor tiene que estar a gusto con su cuidador. Hay que darle el placer de tener a su lado una persona con la que sintonice.

Ayuda extra en los domicilios

  • Rehabilitación en procesos patológicos: Accidente cerebro vascular (ACV), fractura de cadera, parkinson y proceso de encamación y reducción de la movilidad.
  • Rehabilitación sin patología. Recuperación y mantenimiento de senescencias (pérdida de habilidades propias de la edad).
  • Servicio de auxiliares especializados en geriatría que realizarán los cuidados básicos de la vida diaria, atendiendo al aseo, vestido, etcétera€
  • Potenciar y facilitar hábitos de convivencia y relaciones familiares y sociales.
  • Apoyo en tareas de la casa. Lavado, planchado, repaso y organización de la ropa dentro del hogar. Adquisición de alimentos y otras compras de artículos de primera necesidad.
  • Funciones de asistencia y atención en las tareas de la vida diaria.
  • Compañía para evitar situaciones de soledad y aislamiento. Facilitar actividades de ocio en el domicilio.
  • En personas con alto riesgo de aparición de úlceras por presión (UPPs), prevención mediante una correcta higiene, cuidados de la piel y cambios posturales.