El Gobierno central tenía previsto que las residencias de mayores de todas las comunidades autónomas se abrieran a las visitas de familiares con el inicio de la fase 3 de la desescalada. Pero días antes de entrar en la fase 2, cambió de criterio.

La Región de Murcia optó por la prudencia y se ajustó al plan inicial: esperó al día 8 de junio para abrir las puertas de los 55 centros residenciales de personas mayores gestionados por el IMAS al tan anhelado reencuentro entre familiares.

El primero de los protocolos de visitas elaborado por el Instituto Murciano de Acción Social con el visto bueno del Servicio Murciano de Salud se propuso ponérselo muy difícil a un hipotético rebrote de coronavirus. No querían correr el riesgo de echar por tierra todo el trabajo y el esfuerzo realizado por los trabajadores socio-sanitarios durante el confinamiento. De 107 residencias de mayores y personas con discapacidad, el virus sólo consiguió entrar en cuatro centros de mayores y en dos de discapacidad. El 98,11% de los mayores de la Región no se contagiaron por covid-19, según un informe del Círculo Empresarial de Atención a las Personas.

El Instituto Murciano de Acción Social gestionó durante todo el estado de alarma 101 residencias. Las otras seis en las que se detectaron casos positivos o sospechosos de Covid-19 estuvieron bajo la supervisión de la Consejería de Salud, con la que se ha trabajado en estrecha colaboración desde Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social.

Con la prudencia por bandera, el IMAS elaboró un protocolo de visitas que no permitía entonces ni permite hoy el contacto directo entre residentes y familiares. En un primer momento la distancia de seguridad entre unos y otros se estableció en dos metros. Tras un par de semanas sin ningún tipo de incidentes, se redujo esta distancia de seguridad a 1,5 metros. Sigue estando prohibido que los familiares porten collares, relojes o anillos durante las visitas y tampoco se puede pasar al interior de las residencias con bolsos. Hay que hacerlo usando mascarillas. No son decisiones caprichosas sino medidas que a día de hoy han mantenido el virus a raya.

Las primeras imágenes de visitas familiares a las residencias han sido muy emotivas. El confinamiento ha sido duro para todos, pero especialmente para quienes han tenido que pasar estos tres meses lejos de seres queridos que, además, son personas de riesgo.

Ha habido lágrimas, pero también sonrisas. Ha habido besos en la distancia, ha habido complicidad, no sólo de las familias sino también con el personal socio-sanitario, que ha demostrado, que son imprescindibles. Quedan pendientes los abrazos. Habrá que esperar a la tan ansiada vacuna. Ahora la prioridad es aguantar el pulso que echa el coronavirus a la población mayor de 65 años que, además, sufre otras patologías.

Durante la pandemia, 52 mayores salieron de las residencias con sus familias y poco a poco han empezado a regresar a ellas, cumpliendo con el protocolo que exige una PCR negativa y además guardar 7 días de cuarentena.

Centros de día de mayores

Toda cautela es poca porque se trata de no dejar ni un solo resquicio por el que se pueda colar el virus. Esta prudencia ha llevado a aplazar la apertura de los centros de día de mayores, que finalmente empezarán a recibir usuarios a partir de este 1 de julio. La Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social ha tomado la decisión pensando en la necesidad que tienen las familias de conciliar y en los beneficios de los servicios que prestan para la salud de los mayores con dependencia.

Para abrir, el IMAS exige que todos los centros tengan equipos de protección, material sanitario y de limpieza suficiente; que refuercen la higienización de mesas y sillas y sobre todo que vigilen las medidas básicas: lavado continuo de manos, cubrirse la boca con el codo a la hora de estornudar y especialmente no acudir al centro si se tienen síntomas de estar contagiado. La responsabilidad colectiva es fundamental.

A día de hoy sólo queda un caso positivo de covid-19 en una residencia de mayores de la Región. Pero no podemos olvidar que el virus acecha. Toda precaución es poca.

500.000 euros en ayudas

La Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, a través del propio IMAS, lanzaba a mediados de mes una convocatoria de ayudas para personas con discapacidad por una cuantía total de 500.000 euros. A esas ayudas han podido optar personas con un grado de discapacidad superior al 33%, son para tratamiento bucodental (de hasta 3.000 euros), compra de audífonos (hasta 3.000 euros), adquisición de camas eléctricas (hasta 1.500 euros) y gafas (hasta 300 euros).

La cuantía máxima de las ayudas que concederá el IMAS podrá ampliarse hasta completar el millón de euros en caso necesario. De no gastarse los primeros 500.000 euros, el IMAS podrá destinar la dotación económica a otro tipo de gasto social. El plazo para responder a las solicitudes de ayudas es de seis meses. El silencio administrativo se considerará una denegación.

Más de 2 millones en Cartagena

Más de cien personas dependientes recibirán asistencia a domicilio durante dos años, gracias a un convenio para el servicio de ayuda a personas dependientes del Ayuntamiento de Cartagena con la Comunidad Autónoma.

La inversión de 2.268.000 euros permitirá iniciar el servicio en septiembre y desarrollarlo hasta noviembre de 2022. El Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) aportará 1.837.000 euros. Un sistema mixto implicará a los usuarios, para que aporten los otros 400.000.