Los vecinos de la comarca del Campo de Cartagena y Mar Menor aúnan fuerzas para reivindicar soluciones a las inundaciones que llevan sufriendo desde hace más de tres años y que están «destrozando nuestra tranquilidad, nuestras casas y nuestra laguna salada». Después de meses confinados, los habitantes de Torre Pacheco y los pueblos ribereños regresan a la calle para pedir a las administraciones que «actúen de una vez».

Sin embargo, en esta ocasión y dadas las circunstancias derivadas de la pandemia del coronavirus, la reivindicación ha sido algo distinta. Varias decenas de vehículos partían en la tarde de ayer desde Torre Pacheco para recorrer todas las zonas afectadas. Los afectados se montaron en coches, furgonetas, varios vehículos clásicos y hasta un minibús y clamaron con megáfonos que no querían «ser el sumidero de la Región».

Los autocares que conformaban la caravana iban tuneados con cubos, botas embarradas y carteles donde se podían leer mensajes como 'Menos políticos, más soluciones', 'Vivir sin miedo' o 'Saldremos a flote' entre otros mensajes. La marcha reivindicativa atravesó Los Dolores de Pacheco, San Pedro del Pinatar, Lo Pagan, Santiago de la Ribera, Los Narejos, Bahía Bella, Los Urrutias, Estrella de Mar, Los Nietos y Los Alcázares. En los diferentes puntos del recorrido, los vecinos se asomaban a pie de carretera y esperaban a los manifestantes con carteles y camisetas reivindicativas, saludando desde lejos como muestra de apoyo a los manifestantes, que respondían con el claxon. Del mismo modo, las asociaciones de vecinos de algunas de las poblaciones, como Dolores de Pacheco, colocaron también una gran pancarta a la entrada del pueblo.

Aún así, la marcha reivindicativa fue dinámica y no hizo ninguna parada en las más de dos horas que duró para poder garantizar la seguridad de todos los asistentes, según indicaban desde la propia organización, «y más después del rebrote que se ha producido en Torre Pacheco», sostenían.

A través de los altavoces, los vecinos reclamaban al Gobierno regional y la Confederación Hidrográfica del Segura que pusieran remedio al sufrimiento de las familias y de negocios que «no duermen tranquilos desde hace más de tres años». Y es que, tal y como indicaban los vecinos, «en el momento que hay previsión de lluvia nos tememos lo peor, vivimos atemorizados, no sabemos cuándo va a ser la siguiente inundación».

Pero los habitantes del Campo de Cartagena y los pueblos ribereños no solo están preocupados por sus viviendas y sus familias. Durante esta peculiar manifestación sobre ruedas recordaban a la ciudadanía que «toda la porquería que las riadas arrastran a su paso, acaba tragándoselas nuestro Mar Menor, que está hecho una pena».

A su llegada a Los Alcázares, final del recorrido de la marcha, los vecinos procedieron a lectura de un manifiesto donde aseguraban que «no van a parar hasta que les solucionen el problema», insistiendo en que no quieren «perder su pueblo ni su Mar Menor».