Está extendida la idea de que una mujer transexual es una mujer que ha nacido en el cuerpo equivocado, el de un hombre. Pero Zafiro no lo ve así. «Lo que me pasa a mí es que he nacido en la sociedad que no debía». A unos meses de cumplir los 18 años, no tiene claro si en futuro se reasignará el sexo, pero eso no significa que no sea una mujer trans.

«Una trans lo es desde el momento en que lo dice. Muchas veces nos preguntan cuándo vamos a empezar la hormonización, cuando tal vez sea algo que nunca llegue a ocurrir. Una trans es una persona que no se identifica con los estereotipos de género que la sociedad dicta», explica.

Lo que sí sabe que hará pronto es pedir cita en el Registro Civil para cambiar su nombre en el DNI. Después empezará con un tratamiento de bloqueadores de testosterona para, después, hormonarse con estrógenos.

No hay trans que lo haya tenido fácil, pero ella tuvo una aliada como pocas: su profesora de Lengua. Cuando se dio cuenta de que tenía una alumna distinta a las demás, se encargó de ella: «Me protegió, llamó a mis padres, tuvo reuniones con el resto de profesores€ Soy una privilegiada». El acoso al que se ven sometidas muchas transexuales provoca, en muchas ocasiones, un bajo rendimiento en el estudio. Algo así le pasó a Zafiro, pero supo reponerse y está a pocos días de examinarse en la EBAU, con intención de estudiar Filología Inglesa. Este esfuerzo la ayudará a tener trabajo en un futuro. Algo tan necesario se convierte en una odisea para las chicas como ella. «He trabajado como camarera y lo dejé antes de que me echaran. Mi jefe me pedía que no llevara tanto maquillaje, que intentara parecer más hombre...».

La desprotección laboral de este colectivo suele tener consecuencias perversas. «Si no encontramos trabajo, ¿qué nos queda además de la prostitución?» Desgraciadamente, este es el único medio que muchas de ellas encuentran para sobrevivir. Pero Zafiro enseñará inglés.