Hoy, 28 de junio, se celebra el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Por desgracia, nada se festeja este 2020 como en años anteriores. La pandemia de coronavirus ha empujado a buena parte de los eventos cultural, sociales y deportivos a suspenderse para evitar concentraciones multitudinarias y evitar así la propagación del SARS-CoV-2. Este fin de semana no ha habido convocatoria de los principales colectivos ni tampoco se ha celebrado la Muestra de Cine LGTBI. «El mejor Orgullo que podemos celebrar es contribuir a terminar con esta pandemia quedándonos en casa», zanjaban desde No Te Prives.

Sin embargo, aunque no se salga masivamente a la calle, la reivindicación nunca se abandona en este colectivo, que este año centra sus demandas en las mujeres LTB (lesbianas, transexuales y bisexuales), que no solo tienen que sufrir la discriminación LGTBIfóbica, sino también el machismo. Y por si no fuera suficiente, también luchan contra una corriente feminista que excluye a las transexuales de sus reivindicaciones. Mujeres contra mujeres.

Como cualquier homosexual, las LTB sufren el rechazo de parte de la población homófoba, la soledad en la adolescencia al sentirse diferentes y el temor de lo que pueda pasar al desvelarse como una mujer que no encaja en el patrón establecido. El sufrimiento se acentúa si, además, llegan a sentir que su cuerpo es una cárcel y no se reconocen en él.

La maternidad se complica por las trabas burocráticas que aún existen en nuestra sociedad, que provocan que haya lesbianas que se vean obligadas a adoptar a sus propios hijos para ser reconocidas como sus madres. Y , hasta hace poco, a la reproducción asistida solo podían acceder las más pudientes.

E igual que existen los micromachismos, las mujeres sufren la microhomofobia. No hay madre lesbiana que pasee con su mujer por un parque con su carrito de bebé al que no se le acerque alguien para preguntarle: «¿Quién es la madre?» Son criticadas de «exhibicionistas» por hablar abiertamente de su «mujer», como si hubiera que suavizar el concepto con el un término más ambiguo como es el de «pareja».

No han visto a tantas como ellas luchar desde las revueltas de Stonewall (1969) para que ahora tengan que permanecer calladas.

Orgullo Crítico sí que sale a la calle con un "grito de rabia"

Aunque las principales asociaciones del colectivo LGTBI desconvocaron sus movilizaciones, la Asamblea del Orgullo Crítico de Murcia la mantiene y saldrá a la calle este domingo bajo el lema Contra el auge del fascismo, por los derechos LGTBI+, y partirá a las 19.00 horas de la plaza de La Merced, en Murcia.

A su juicio, «el orgullo es un acto de protesta, una manifestación, un grito de rabia. El orgullo festivo y comercial sigue confinado, porque es un riesgo sanitario; el orgullo como protesta no lo está». Los organizadores consideran que es «perfectamente posible mantener la seguridad sanitaria en una manifestación» si todos los asistentes usan con mascarilla y mantienen un metro de distancia entre ellos. Además, destacan que es una «burla» a todos los colectivos que luchan por los derechos LGTBI «pretender que la protesta, un derecho fundamental, siga suprimida mientras abren oficinas, bares y centros comerciales».

Los promotores de la manifestación señalan que la protesta de hoy «no es un capricho, no es una extravagancia», sino una forma de reivindicar «lo que es nuestro, de la mano de la lucha obrera, feminista o antirracista, porque los ataques no se han detenido ni por un instante».

Esta corriente reivindica la no mercantilización y la repolitización del Orgullo LGBTI, además de hacer una fuerte crítica a algunas cuestiones que rodean al Orgullo 'tradicional', como el capitalismo rosa, la gentrificación o el 'pinkwashing'.