El patrimonio cultural de la Región de Murcia es una realidad desde la Prehistoria (ahí está La Serreta, de Cieza) y la Edad del Bronce, con La Bastida de Totana, el mayor asentamiento de la Europa continental de la época descubierto hasta el momento. Por tierras murcianas han pasado los fenicios (que dejaron un barco hundido en aguas de Mazarrón) , los íberos (ahí está El Cigarralejo de Mula), cartagineses y romanos.

Después, en los siglos de dominación musulmana, quedaron 'plantados' por la geografía regional castillos como el de Monteagudo (Murcia), el de Aledo y el Castillo de Nogalte (Puerto Lumbreras), entre otros. También de aquella época es el arrabal de San Esteban, en el centro de la capital murciana, descubierto en 2009.

Enumerar la riqueza cultural y patrimonial de Murcia requeriría ríos de tinta y adjetivos inefables que aún no se han inventado. En la mezcolanza de culturas, brillan muchas: algunas son imprescindibles.

La Bastida de Totana

Está sobre un cerro escarpado y ya en el siglo XIX se empezó a escarbar para sacar vasijas. Su larga historia de investigación, iniciada en 1869, y las actividades de campo llevadas a cabo desde 2008 por el grupo de investigación Arqueoecología Social Mediterránea de la Universidad Autónoma de Barcelona hacen que sea uno de los yacimientos argáricos mejor conocidos. Se han recuperado tumbas, edificios, un sistema de fortificación y una gran balsa. Allí vivían unas mil personas en tiempos: para la época, supone una concentración demográfica sin precedentes.

Catedral de Murcia

La fachada principal, obra de Jaime Bort, es considerada una obra maestra, como lo son, en el interior del templo, las capillas de los Vélez y de Junterones. En la Santa Iglesia Catedral de Santa María, la joya más preciosa de Belluga, descansa para la eternidad el corazón de Alfonso X. Su torre (la segunda más alta de España, después de la Giralda) se alza, majestuosa, como símbolo de la ciudad, que acoge e impresiona. El gótico mediterráneo, el flamígero, el arte renacentista y el Barroco conviven en armonía. En la Capilla Mayor, la urna sepulcral del Rey Sabio. El emperador Carlos V prohibió que nadie, fuera cual fuera su rango, se sepultara en el mismo sitio donde se depositaron las entrañas de Alfonso X. También se veneran en una urna de plata de la Capilla Mayor los restos de los llamados Cuatro Santos de Cartagena (Fulgencio, Isidoro, Leandro y Florentina).

Teatro Romano de Cartagena

Fue levantado en tiempos del emperador Augusto y dedicado a los nietos del mismo. La historia lo sepultó. Corría ya el siglo XX cuando fue descubierto por casualidad, al iniciarse la construcción del Centro Regional de Artesanía. Al haber estado tapado por sucesivas capas de ocupación (bizantina, andalusí, bajomedieval...) el teatro se hallaba oculto y no se tenía ninguna constancia de que estaba ahí. Se empezó a restaurar y, paralelamente, se encargó a un arquitecto la construcción del Museo del Teatro Romano de Cartagena. Ahora mismo ya se pueden visitar los dos. Hace 21 años, el Teatro Romano de Cartagena fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.