Tocando el claxon, decenas de autocares tomaban la principal arteria de la capital murciana. Lo hacían a modo de protesta. Las empresas de autobuses de transporte discrecional y escolar se volvían a manifestar de forma simultánea por una veintena de ciudades, entre ellas Murcia. Piden ayudas que garanticen su continuidad. La pandemia de coronavirus les ha hecho mucho daño.

En la Gran Vía, aunque la Policía controlaba la presencia de los autocares, no se cortó el tráfico, con lo que eso supuso: gran densidad de vehículos. 'Salvar el autocar', se leía en los letreros luminosos en los que habitualmente se anuncia la ruta del vehículo.

Bajo la premisa de que conforman "un sector olvidado", salen a la calle en una modalidad de manifestación que se ha puesto de moda y garantiza que no hay contacto físico entre las personas: sin bajarse de sus vehículos. Los peatones de la Gran Vía de Murcia miraban a los autocares que iban pasando y pitando. Se trata de una convocatoria a nivel nacional por la falta de respuesta institucional a las demandas del sector por la crisis derivada del coronavirus.

Aseguran los afectados que están preocupados ante la posibilidad de perder el trabajo de toda una vida e incluso de varias generaciones.

En el conjunto de España, centenares de autocares discrecionales y turísticos de viajeros se han movilizado para reivindicar medidas de ayuda adaptadas al sector que impidan que desaparezcan y para pedir campañas que expliquen que son "más seguros que un avión".