El Plan de Protección de Borde Litoral del Mar Menor, y ayer lo volvió a recordar el Ministerio, señala cuatro fuentes de contaminación que han degradado la laguna.

La actividad minera en la zona sur de la laguna es la primera que remarca ahora el Ministerio y que, incide, al no haberse desarrollado una restauración integral ni por los propietarios de los terrenos ni por las administraciones responsables, ha originado un importante impacto en el estado de la laguna.

El desarrollo turístico y urbanístico son dos fuentes de contaminación que también se ponen encima de la mesa; respecto al turístico, el Ministerio incide en que el uso de la laguna como entorno de actividades acuáticas (puertos deportivos, deportes náuticos, fondeaderos ilegales) ha sido negativo. El avance de la construcción de alojamientos en las últimas décadas también es preocupante.

La actividad agraria es para el Ministerio el responsable máximo de la crisis ecológica que ha sufrido y sigue sufriendo la laguna, subrayando la contaminación por nitratos del acuífero y en superficie a través de escorrentías.