El Ministerio para la Transición Ecológica no intervendrá en la recuperación del Mar Menor hasta que no se identifiquen y se eliminen todos los vertidos contaminantes que llegan hasta la laguna. Acciones como la descontaminación del ecosistema, la retirada de fangos, lodos y otras acumulaciones de sustancias nocivas se acometerán en el momento que cesen los vertidos, ya que no sería recomendable intervenir en la laguna si continúan estar aportaciones, según señalan fuentes de este departamento.

En esta línea de actuaciones para regenerar la albufera, Transición Ecológica ha sacado este jueves a exposición pública el plan de protección del borde litoral del Mar Menor, que tendrá como primera medida redefinir las líneas de deslinde dentro del Dominio Público Marítimo y Terrestre con el objetivo de comprobar qué terrenos particulares o edificaciones ocupan parte de este espacio y que el Ministerio quiere recuperar para el uso público.

Este plan del Ministerio no cambiará las distintas competencias que tienen las administraciones estatal, regional y locales en la laguna y su entorno. Señala además que ya está realizando trabajo de campo para determinar qué ocupaciones públicas y privadas se han adueñado de parte del Dominio Marítimo y Terrestre en la franja de tierra en torno al Mar Menor, ya que este 'mapa' ha quedado desactualizado por las invasiones que se han realizado durante los últimos años. Este plan identifica las presiones existentes en el borde litoral del Mar Menor, así como en el tramo de costa comprendido entre el puerto de Pilar de la Horadada y Cabo de Palos.

No toda las ocupaciones carecen de titularidad. El Ministerio señala que algunas invasiones del Dominio público pueden tener permiso, que esté en trámite o no tenerlo. Pese a que se actualizarán las líneas de deslinde, el plan registra con los datos del Dominio de 2016 que existen un total de 330 ocupaciones de terreno público en 43 de las 66 playas que están afectadas por las acciones del Ministerio. Entre estas ocupaciones se encuentran viviendas, chiringuitos, hoteles, parking, restaurantes, centros deportivos, kioscos, así como edificaciones abandonadas.

Cuando ya esté claro los límites del dominio, cuya gestión es competencia de la Dirección General de la Costa y el Mar, se evaluará cuál será el futuro de esas ocupaciones ilegales, y entre las opciones Transición Ecológica no descarta la demolición o eliminación si fuera necesario.

El Ministerio toma como prioridad en estos momentos dibujar un nuevo mapa con los terrenos de titularidad pública ocupados y será después cuando se aborde la identificación y eliminación de los vertidos a la laguna, competencia del Gobierno regional. Unos vertidos que el departamento que dirige Teresa Ribera deberá comprobar si tienen autorización o no. Estas actuaciones llevarán a definir qué dinero es necesario para actuar en la regeneración de la laguna.

Esa regeneración integral de la laguna, término que emplea el Ministerio, será lenta y no hay una fecha prevista para comenzar con la descontaminación del ecosistema marino. Solo ponen una fecha encima de la mesa, la del inicio de las actuaciones con el rastreo de regadíos ilegales en la cuenca del Mar Menor que comenzó la Confederación Hidrográfica del Segura en 2018.

El Ministerio recuerda que la competencia de la retirada de fangos y lodos que se acumulen en las playas del Mar Menor son de los ayuntamientos. En este sentido, desde el Ministerio reclaman que actuar ocasionalmente en la retirada de estos fangos da una imagen errónea de recuperación de la laguna, y que antes se debería llevar a cabo una recuperación integral.

Se proponen en total de 77 actuaciones que inciden en las causas de la degradación y mejoran las condiciones de uso de la laguna. A cada actuación se le asigna un grado de prioridad: alta, media o baja, y estas se llevarán a cabo en una treintena de ubicaciones. La priorización se ha realizado teniendo en cuenta variables de seguridad, sociales, medioambientales y económicas. En su implementación, una de las acciones prioritarias es la identificación de posibles proyectos de restauración de ecosistemas litorales del Mar Menor que contribuyan a su resiliencia y capacidad de autodepuración.