"Hemos pasado de héroes a villanos en una semana". Esta es la queja de los transportistas murcianos ante la decisión del Gobierno de autorizar los camiones con 44 toneladas de carga y una altura de 4,5 metros. El rechazo a la ampliación de la capacidad de carga en cuatro toneladas más, prevista por el Ejecutivo para facilitar la recuperación de la industria, a pesar de la oposición del transporte, ha provocado el anuncio de un paro empresarial para los días 27 y 28 de julio, según indicó el presidente de la Froet, Pedro Díaz.

La movilización, acordada por la Confederación Española de Transporte (CETM) se repetiría con carácter indefinido en septiembre si el Ministerio no retira la propuesta.

Unos 14.000 transportistas de la Región, entre empresas y autónomos, están convocados a la protesta del 27 y 28 de julio, según las estimaciones de Pedro Díaz, que considera «una catástrofe» la ampliación de la capacidad de carga de los camiones en cuatro toneladas.

Asegura que esta medida se va a traducir en una rebaja automática de las tarifas que cobran las empresas del transporte, porque «si sube la oferta el precio va a bajar». Además, los vehículos con estas dimensiones no pueden circular fuera de España, por lo que sería necesario que las empresas «tuvieran unos camiones para el transporte nacional y otros para salir fuera».

El presidente de la Froet asegura que la decisión está motivada por «las presiones de las compañías de automoción y las cadenas de distribución», que tratan de abaratar los costes del aprovisionamiento de sus tiendas mediante la utilización de vehículos con mayor capacidad de recarga. «Hemos pasado de héroes a villanos en una semana. Éramos un sector esencial y al día siguiente nos llega el anuncio de que en mayo de 2021 circularán los camiones con 44 toneladas y 4,5 metros de altura», se lamentaba.

Las empresas del transporte se sienten abandonadas por el Gobierno, después del esfuerzo realizado durante los meses del estado de alarma. Pedro Díaz recuerda que «los conductores han hecho un gran papel» al haber seguido cargando y descargando «sin ningún tipo de protección». «Hemos seguido haciendo el trabajo a pesar del riesgo y ahora se nos paga así. Lo hicimos porque había que hacerlo, porque no se podía parar el país ni se podían quedar vacíos los lineales de los supermercados, pero ahora ni siquiera nos recibe el ministro de Transportes cuando intentamos hablar con él».