Más de 50 días de clases online, una primavera escolar robada por la Covid-19 y un tercer trimestre sin contenido nuevo para aprender. El próximo 25 de junio el curso escolar más atípico vivido hasta ahora terminará en todos los municipios de la Región, si no ha finalizado ya esta semana o mañana lunes, y darán comienzo unas vacaciones también condicionadas por la crisis sanitaria vivida en los últimos meses. La pandemia de la covid-19 se ha llevado por delante un trimestre educativo tal y como se conocía hasta ahora. Las aulas de los colegios e institutos quedaron vacías a mediados de marzo y no fue hasta el pasado 10 de junio cuando los centros volvieron a acoger a estudiantes de la EBAU para dar clases de refuerzo.

Con esta experiencia en la mano, y tras pasar un tercio del curso escolar de forma telemática, la falta de inversión y de mejora del sistema educativo en la Región es el problema de base al que se han enfrentado profesores y alumnos y que, aunque ya se arrastraba de antes, se ha agravado durante este confinamiento. La ausencia de financiación ha incidido estos últimos meses en ensanchar la brecha digital entre los estudiantes y ha provocado que hasta los docentes tengan que invertir de su propio bolsillo para adaptar sus clases a la modalidad online. A ello se le suma la falta previa a esta crisis de recursos formativos para el cuerpo docente para saber manejar sus asignaturas con los medios tecnológicos.

Ante casos de familias desestructuradas o con pocos recursos económicos, otra brecha que se agranda es la social. «Con la tecnología puedes solucionar la parte formativa, la que implica el aprendizaje de los contenidos, pero la parte educativa que resulta del contacto directo y la convivencia no se soluciona con el trabajo a distancia. Es fundamental volver a la presencialidad», reclama Raimundo de los Reyes, presidente de la Asociación de Directivos de Centros Públicos de Educación Secundaria de Murcia.

El programa TeleEduca de la Consejería de Educación ha salvado los muebles durante el confinamiento con el reparto de material formativo a los alumnos con pocos recursos tecnológicos. Muchos ayuntamientos también se pusieron manos a la obra y facilitaron la entrega a domicilio de deberes y otros contenidos educativos para que los alumnos lo hicieran llegar después a los colegios e institutos.

Autonomía y equidad educativa

La educación a distancia ha puesto encima de la mesa la falta de autonomía de los alumnos para desenvolverse de forma online con el curso académico. En este último punto incide Juan Antonio Pedreño, presidente de la Unión de Cooperativas de Enseñanza de la Región de Murcia, que pide apostar más en potenciar la independencia de los alumnos, mejorar sus destrezas online e incidir en la «dinamización de las asignaturas el próximo curso si tenemos que volver a las clases telemáticas».

Desde las cooperativas educativas han observado las deficiencias «en una misma familia por los problemas a la hora de conectarse a las clases online si solo existe en la casa un ordenador».

Desde la FAPA RM Juan González señala que «esta improvisación de la escuela a distancia refleja que no hemos digitalizado la escuela como deberíamos». La falta de equidad en el sistema educativo «nos ha dejado incapaces de responder de forma correcta y si esto se mantiene el próximo curso es peligroso», señala la presidenta de la federación, Paqui López.

Buenas calificaciones

El refuerzo en el tercer trimestre de los contenidos impartidos en los dos primeros tercios del curso han servido, a priori, para levantar muchas calificaciones finales de los alumnos murcianos. El rechazo de la Consejería de Educación a establecer un criterio de aprobado general en la Región, como pidió el Ministerio, dejaba sin tocar los criterios de promoción y titulación establecidos en la Lomce. El objetivo de no evaluar o no impartir contenidos nuevos en la tercera evaluación ha permitido reforzar los aprendizajes adquiridos durante las clases presenciales y, según profesores y estudiantes consultados, esto ha permitido a muchos alumnos remontar las asignaturas suspensas que arrastraban de trimestres anteriores.