A las seis de la mañana soltaban amarres, un mes después, los nueve barcos de arrastre del puerto de Águilas, al igual que lo hacían los otros 14 barcos de arrastre del resto de Cofradías de Pescadores de la Región, que comenzaron ayer a faenar después de la parada biológica que se realiza todos los años para proteger el periodo reproductivo y así poder recuperar especies como la gamba roja, merluza, salmonete, pulpo, bacaladilla o el rape.

Tras esta primera jornada, las capturas han sido algo mejores que antes de comenzar la parada, aunque su resultado se verá dentro de unos meses. Con precios en este primer día que, según el patrón Mayor de la Cofradía de Pecadores de Águilas, Manolo Díaz, han sido «buenos, la gamba roja mediana ha alcanzado los 55 euros».

La mañana comenzó con sensaciones contrapuestas, «por un lado la alegría de volver a salir a faenar en los barcos, pero por otro la incertidumbre que tenemos para poder continuar pescando en el futuro» apuntaba Manolo Díaz. Los barcos de arrastre comienzan otro periodo tras la parada biológica, pero afrontan el futuro con incertidumbres, como la modificación de los días de actividad pesquera en el Régimen de Esfuerzo de la Orden de Pesca demersal (arrastre) del Mediterráneo. «Nos quieren reducir en cinco años un 40% de días de pesca, estábamos en 210 y 220, este año tenemos entre 170 y 180 días, por lo que es inviable seguir pescando, no sabemos qué vamos hacer», ha explicado el Patrón Mayor de Águilas.

Fue a media tarde cuando comenzó la venta en la lonja con un mayor número de compradores que en los últimos días y con un ambiente más distendido. «Estar aquí de nuevo es otra cosa, hay otro encanto, ya no dependemos de otras lonjas, no nos tenemos que desplazar a otras provincias», comenta el comprador Samuel Aroca, quien elogia el pescado de la lonja aguileña: «El pescado de Águilas es de mayor calidad que el de otros lados, nos da más confianza porque conocemos a los patrones y sabemos cómo trabajan, cómo cuidan el pescado. Con la vuelta de los barcos de arrastre a faenar los precios también se estabilizan», termina diciendo el comprador aguileño.

«Hay que mover los fondos»

Sobre las cintas de la subasta desfilaban las cajas con las capturas de los barcos aguileños de distintas artes. Con un silencio que solo se rompía al cerrar una compra y al palear el hielo para mantener el pescado fresco.

La gamba era la principal protagonista, aunque en este primer día, la roja apenas se presentó en los caladeros. «Se tienen que mover los fondos, para final de semana seguro que se pesca más», comentaba el Patrón Mayor.

Variedades de pescado que se capturaron ayer y que hoy (para el lector) estarán en los mostradores de las pescaderías o en las cocinas de los restaurantes, porque hay que comer pescado. «Es bueno, sano, sabroso, tiene vitaminas que no tienen otros alimentos y ahora más que nunca hay que consumir productos frescos y nacionales», indicaba Manolo Díaz.

Durante la parada, los marineros cobran desempleo y los armadores reciben ayudas a través de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, cofinanciadas al 50% por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.