No es habitual que el holding empresarial Grupo Europa esté presente en medios de comunicación generalistas ni que su consejero delegado, José Miguel López, conceda entrevistas más allá de las realizadas en medios sectoriales de ámbito nacional, pero en esta ocasión, dada la compleja situación actual y sus implicaciones sociales, ha considerado pertinente hacer una excepción.

P ¿Qué impacto ha tenido la pandemia en su empresa?

R Este sector estuvo considerado desde un inicio como esencial, sin él se habría producido una paralización todavía mayor de la actividad económica y un desabastecimiento de la población en cuanto a productos básicos. En Global STAR prestamos servicios a las empresas de transporte de mercancías por carretera, por lo que hemos actuado como aliados necesarios, dentro de la complejidad de una situación inédita que ha afectado a nuestro país y al resto de países donde habitualmente operan nuestros clientes. Para facilitar al máximo su labor, establecimos un canal de comunicación constante de forma telefónica y telemática, ya que la visita presencial de nuestros delegados de zona no fue posible en los primeros compases de la etapa de confinamiento, aspecto que fue suplido por un sistema de atención mediante videoconferencia.

La empresa optó por el teletrabajo como modalidad principal, si bien, por nuestro rol de partner, hemos permanecido abiertos en nuestra sede de Murcia, para ofrecer los servicios mínimos presenciales que son imprescindibles. Cuando finalice el estado de alarma, se volverá al horario habitual de apertura de nuestras oficinas centrales.

Además de las medidas de higiene estándar que ya todos conocemos, los espacios de trabajo están siendo reordenados para garantizar la distancia de seguridad de 2 metros, trabajando por turnos presenciales de al menos el 60% de la plantilla y manteniendo el sistema de teletrabajo en todo momento.

P ¿Han realizado test a los trabajadores?, ¿han echado en falta más medidas excepcionales para proteger al sector?

R Tras realizarse una evaluación de riesgos de los distintos puestos de trabajo, se estableció un protocolo de actuación claro para todos, respetando la distancia de seguridad como elemento principal. En todo caso, si cualquier trabajador presenta el menor síntoma, ha de contactar con Recursos Humanos para actuar en consecuencia y realizar test si fuera necesario. En nuestro caso particular, las instalaciones y el tipo de trabajo desarrollado nos permiten estar a dos metros en todo momento, con lo que, tras valorarlo, hemos dejado la opción de realizar test masivos para una segunda fase si fuese necesario.

En cuanto al sector, medidas han faltado a todos los niveles. Salvo por iniciativas particulares, los conductores que tenían que transportar principalmente productos de primera necesidad para abastecer los mercados, han estado completamente abandonados en la carretera: falta de información sobre procedimientos de seguridad adecuados, ausencia de equipos de protección, de espacios logísticos para descanso o de asistencia a chóferes que están realizando rutas largas. Lo tenían todo cerrado, casi no tenían acceso a un café, a una comida caliente o a un aseo en todo el territorio nacional. Como excepción, podemos destacar la del Real Murcia, que puso a disposición de los transportistas su espacio (el estadio Enrique Roca y alrededores) para aparcar, ducharse y avituallarse de forma gratuita.

En cuanto a la coordinación internacional de los protocolos de seguridad, el principal reto es armonizar los controles a aplicar en los distintos países. Pensemos que nuestros clientes pueden salir de España y dos días más tarde estar en Noruega, para retornar pasando por Francia, Alemania y otros países. Esta movilidad, tan habitual en el sector, define la dificultad de unificar criterios eficaces y operativos para todos. Esperemos que las autoridades europeas alcancen el grado necesario de armonización y no tengamos una serie de normas diferentes.

P En relación a esa coordinación internacional, ¿el control del tráfico transfronterizo de mercancias ha supuesto problemas?

R El control efectuado en las fronteras, por causa de la crisis sanitaria, no es un aspecto que nos deba sorprender. En nuestro sector, acostumbrado a las dificultades, hemos vivido situaciones análogas en el pasado, como la crisis de los chalecos amarillos en Francia, los controles habituales en el Canal de la Mancha, especialmente al embarcar en Eurotúnel o los consabidos controles de CO2 o para detectar posibles intrusos a bordo de los remolques.

La coordinación no ha debido ser fácil entre países, como tampoco lo ha sido entre regiones de cada país y es necesario más que nunca que las normas sean claras y homogéneas.

P ¿Qué soluciones podrían darse ante la problemática del retorno en vacío de los camiones? ¿Financiación pública?

R Los retornos en vacío han sido siempre un aspecto a evitar por parte de nuestros clientes. Tenemos claro que esta situación tan extrema es coyuntural y que pronto se recuperará la normalidad en el sector. En un contexto de normalidad, apostaría más por una normativa que ayude a realizar un precio de cargado de salida, adecuado a la realidad, dado que es el factor que realmente penaliza al sector. De este modo, la vuelta en vacío no sería un punto tan crítico. Esta opción la veo más acertada que optar por la financiación pública, que puede ser más complicada de aplicar y menos eficiente.

P ¿Cuáles han sido los principales obstáculos a los que se han enfrentado en esta crisis?

R En un primer momento el principal obstáculo fue operativo. Trasladar todos nuestros sistemas para trabajar desde casa, manteniendo el nivel de servicio y apoyo a nuestros clientes, que han sido sector esencial, fue un reto, conseguido con éxito gracias a la implicación de todos los equipos y la experiencia de nuestro grupo empresarial en la prestación de servicios tecnológicos.

Ahora tenemos dos frentes principales. Un período de cambio de formas de actuar, ya que tenemos que compatibilizar el trabajo presencial, con el teletrabajo real… Hasta ahora nos hemos llevado el trabajo a casa, junto con toda la familia confinada, y eso tiene otro nombre. Esto supone modificar los procesos y requiere el esfuerzo y la flexibilidad de todos, incluso una normativa laboral que no está adaptada a esta nueva situación y que ha venido para quedarse.

Por otro lado, la crisis de liquidez y de confianza, unida a una menor actividad económica, es el obstáculo que tenemos que vencer. Afecta a nuestros clientes y, por ello, puede afectarnos a nosotros. Todos somos una cadena, que tenemos que engrasar para que pueda volver a recuperar su ritmo lo antes posible. Hay que trabajar en mecanismos que den liquidez para salvar la situación coyuntural y crédito y confianza en las empresas para que puedan seguir con su recuperación. En caso contrario el estancamiento será mayor.

P ¿Han aplicado un ERTE?

R No, mantenemos la plantilla.

P ¿Comparte las medidas propuestas por el Departamento de Mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera al Ministerio?

R El principal tema que quedó sobre la mesa, tras decretarse el estado de alarma, fue la modificación de la Ley del Contrato de Transporte. Aspectos como la liquidez de las empresas y la prohibición de la carga y la descarga por parte de los conductores en las operaciones de carga completa son claves para la supervivencia económica y la seguridad sanitaria del chófer ahora y en el futuro; así como el cobro de las paralizaciones y el cumplimiento de los plazos de pago. Todo cuanto suponga mejorar las condiciones de trabajo de las empresas siempre será bienvenido.

P ¿Están en peligro las empresas del sector del transporte?

R La crisis económica y financiera de hace años se saldó con una pérdida de actividad de empresas de menor tamaño y una concentración del sector, lo que favoreció a las empresas más solventes. Estamos en una coyuntura que puede generar un efecto similar.

Origen y futuro

Preguntamos al CEO de Grupo Europa por el nacimiento y la evolución del holding empresarial y responde que la «semilla se sembró en 1987, con la recuperación del IVA soportado por las empresas de transporte españolas en otros países de la UE». Con el tiempo fueron ampliando sus servicios con el «pago de autopistas, tasas, carburante, ferries, asistencia 24 horas, seguros, además de servicios de telecomunicaciones especializados en otros sectores: redes informáticas, seguridad, call center, cloud de videoconferencia…

Todo ello con esfuerzo, trabajo en equipo, innovación y el foco en nuestros clientes». En cuanto al futuro, entiende que para recuperar la normalidad será necesario que «cada eslabón de la cadena asuma su parte de corresponsabilidad en un momento en el que se dilatan los plazos de pago, las entidades financieras deben garantizar liquidez y el Estado que exista crédito». «Debemos coordinar una normativa coherente con la realidad y armonizada nacional e internacionalmente», afirma.