El departamento de Asuntos Internos de la Policía Nacional investiga si ocho agentes destinados en Cartagena ayudaban a narcotraficantes de la ciudad, informan fuentes cercanas al caso. Desde la Jefatura Superior de Policía de la Región Murcia confirmaron que tienen conocimiento del asunto, aunque indicaron que la investigación se encuentra abierta y que por eso no se pueden hacer declaraciones de forma oficial.

La investigación se produce a raíz de la macrooperación contra el narcotráfico que llevaba a cabo de la Guardia Civil el pasado martes, tanto en la ciudad portuaria como en municipios cercanos, como La Unión y Torre Pacheco.

Al parecer, una persona vecina de una barriada deprimida de Cartagena fue la que dijo que la Policía muchas veces no solo hacía la vista gorda con los traficantes de estos barrios, sino que les ayudaba. Al parecer, esta persona aportó datos que hicieron que su testimonio adquiriese credibilidad, tanta como para que actuasen desde el citado departamento interno del Cuerpo.

Así las cosas, responsables de Asuntos Internos se desplazaban de Madrid a Cartagena y tomaban declaración este miércoles por la mañana a los ocho agentes a los que les salpican estas acusaciones. Lo hacían para estupor del resto de compañeros de la Comisaría, que se preguntaban en qué estarían metidos estos policías.

Un momento de la redada del martes en Los Mateos, en Cartagena. Iván Urquízar

Lo que se trata de dilucidar, explican fuentes próximas a la investigación, es si hay algún viso de realidad en las acusaciones de que estos agentes, miembros del grupo de estupefaciantes de la Brigada de Policía Judicial, estarían facilitando las cosas a pequeños traficantes de zonas como Los Mateos y Las 600 (donde se centró la redada del día 9) o si se trataría de una estrategia puntual, orientada a conseguir el desmantelamiento de redes de narcotráfico más grandes.

El modus operandi, de confirmarse, consistiría en una colaboración entre los policías y estos narcos. Si, por ejemplo, a un traficante le ofrecen participar en una operación de más envergadura, el sujeto le da el chivatazo al agente, la Policía intercepta al narco más grande y, a cambio, hace la vista gorda con el individuo que le ha dado el soplo, o le paga con parte de la droga intervenida en la operación que se ha llevado a cabo gracias a la información que él facilitó.

Los agentes, en principio, serán apartados del servicio mientras esté en marcha la investigación interna. Se abrirá expediente, lo cual no implica que sean sancionados, sino que se investiga para ver si han de serlo.