Se ha puesto de moda el encanto de la naturaleza por descubrir sin salir de la propia Región. Naturaleza que explota y brilla en verde en el Noroeste murciano, las Tierras Altas de Lorca, el bello entorno de Sierra Espuña, el Altiplano o el inigualable Valle de Ricote, todos ellos emplazamientos que poco o nada han de que envidiar a los destinos más clásicos de turismo rural en España.

En el verano del coronavirus, el turismo rural está en auge y los murcianos redescubren su propia comunidad. Tras dos meses de parón obligatorio, los propietarios de casas rurales coinciden en que la temporada de verano pinta bien. Al contrario de lo que sucede con buena parte del sector turístico, cuya actividad tiene una gran dependencia del visitante extranjero, los establecimientos de agroturismo murcianos confían en que los próximos meses serán buenos para el negocio.

Corría el mes de abril cuando el Gobierno regional anunciaba que las casas rurales no volverían a ser como antes una vez pasase la crisis del coronavirus. El Consejo de Gobierno aprobaba un decreto que regulaba estos alojamientos turísticos para profesionalizar el sector y los dotaba de nuevas posibilidades para los clientes. Una de las principales novedades es que las casas rurales podrán ser compartidas con sus titulares, es decir, que los dueños que vivan en ella no tendrán que abandonarla para alquilarla. También podrá ser compartida con otros huéspedes, por lo que, si cuenta con varias estancias, el alojamiento se podría alquilar a varias personas por separado para el mismo período de tiempo.

«El turismo rural es uno de los más adecuados para afrontar una vuelta a la normalidad con garantías, al tratarse de un turismo de proximidad y, a la vez, alejado de aglomeraciones», explicaba entonces la portavoz del Ejecutivo, Ana Martínez Vidal.

El viajero busca casas aisladas, a ser posible con piscina propia y dentro de términos municipales que no hayan sido excesivamente castigados por el coronavirus. Para muchos la comarca del Noroeste y en especial las casas rurales de Caravaca y Moratalla son el destino perfecto, que cumple todas las premisas. Según detallaba a esta redacción a finales del mes pasado la presidenta de Noratur, Isabel Gil, «ahora mismo tenemos completado un 60%, y, tal como va el ritmo de reservas, se espera una temporada muy buena». «Todas las reservas que están realizando son de dentro de la Región», añadía.

De esta manera, la Región, que hoy celebra su día, no se limita a ser un destino de sol y playa, sino que cuenta con otros atractivos: la montaña, el aire puro y la opción de veranear en núcleos aislados, alejados del bullicio y de la posibilidad de aglomeraciones.