Hay una fecha en el calendario que une a todos los murcianos de cualquier rincón de la Región, pero también a los que viven fuera de nuestras fronteras y también comparten el orgullo de ser de esta tierra. Ese día es el 9 de junio, en el que se conmemora el aniversario del Estatuto de Autonomía.

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Tal y como ha sucedido desde esa misma fecha, pero en el año 1982, el recordatorio de esta efeméride sirve para que los habitantes murcianos muestren el orgullo de pertenecer a la tierra que les vio nacer, aunque hoy se encuentren lejos. Un sentimiento de identificación que hoy, una vez más, se multiplicará como por arte de magia con motivo de la celebración del Día de la Región de Murcia.

Sin embargo, este XXXVIII aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía queda entristecido y marcado por la actual pandemia de coronavirus, que ha provocado el fallecimiento de 149 ciudadanos de la Región.

Es por ello que el Ejecutivo regional, en honor a dichos fallecidos y al buen comportamiento de la sociedad compuesta por un millón y medio de habitantes en la provincia, premiará a todos los ciudadanos con la Medalla de Oro. Ninguna persona en concreto recogerá hoy esa distinción, pero sí que, a través de un acto solemne y sencillo en el que no habrá más de medio centenar de asistentes, se rendirá homenaje a los fallecidos a causa del coronavirus.

En todo caso, se trata de una festividad cuya importancia resulta incuestionable y que, a tenor de los precedentes acaecidos en los 36 años anteriores, merece la pena disfrutar a lo grande por muchos motivos. Uno de ellos es su carácter histórico, del que se desprende la relevancia de esta tradición. Lo que sucedió tal día como hoy hace treinta y seis años no solo fue un paso al frente, sino que convirtió en realidad el derecho al autogobierno en el pleno respeto a los derechos fundamentales y las libertades públicas.

Aquel marco legal perdura en el tiempo bajo la mirada de una población que ha visto a su región crecer como institución, avanzando a un ritmo vertiginoso y que hoy, como mandan los cánones, aprovechará para presumir de un marcado sentido de pertenencia a su comunidad autónoma, que lucirá sus mejores galas para recordar a todos que tiene un sello propio desde que el 9 de junio del año 1982 se aprobara en las Cortes Generales el Estatuto de Autonomía.

El principio de una etapa

Aquella fecha fue solo el principio de una etapa que, como indica el artículo 146 de la Constitución Española, se definía como «la expresión de la identidad» de la Región, amparada por la Ley Orgánica 4/1982, que se encargó de proclamar como valores superiores de la vida colectiva la libertad, la justicia y la igualdad, y manifestó una voluntad de progresar y asegurar una digna calidad de vida para sus habitantes.

Antes había llegado el turno de los ayuntamientos de Blanca, Cehegín, Campos del Río, Mula, Abarán, Albudeite, Aledo, Beniel, Caravaca, Ojós, Pliego, Puerto Lumbreras, San Javier, San Pedro del Pinatar, Torre Pacheco, Ulea y Villanueva del Río Segura.

Todos ellos votaron a favor de la autonomía en una acción que fue la antesala del visto bueno al borrador del Estatuto por parte de la Comisión Constitucional del Congreso y la aprobación final del texto completo el 25 de mayo de 1982.

La publicación del régimen de autogobierno en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se llevó a cabo precisamente el mismo día en el que hoy, 38 años después, brota con fuerza una vez más el orgullo de una población que se siente privilegiada bajo una misma bandera.

Hoy, la Región se paraliza de nuevo para convertirse en la principal protagonista de una jornada festiva que quedará marcada en rojo en los anales de la historia de la Comunidad. L. O.