Hay jornadas en las que llegaron a recoger 200 muestras en un día. Su rutina era la siguiente: primero al Virgen de la Arrixaca, a dejar muestras en el laboratorio; después, a dos residencias de mayores, donde había casos sospechosos y, como colofón, a una vivienda de una pedanía murciana. Ha sido el día a día, en plena pandemia, de los sanitarios que se han ido moviendo por toda la Región en un vehículo de intervención rápida (VIR), y llegado a hacer hasta 600 kilómetros en un día, explicaban a este diario Carmen Correa, enfermera responsable del Equipo 3 de extracción de muestras de coronavirus, y Francisco José García, su técnico, cuando LA OPINIÓN los acompañó, en abril, una mañana.

Reconocían entonces los sanitarios que «al principio la gente se agobiaba un poco cuando nos veía con el mono: ahora nos dan las gracias».

Cuando comenzó la pandemia en la comunidad murciana, su presencia, en cambio, provocaba «miedo», comentan. Aunque lo que más han recibido luego han sido agradecimientos, primero desde los balcones, cuando el confinamiento era más estricto, y después cara a cara.

Pese a que el sonido ahora se ha aminorado, se sigue aplaudiendo con el corazón. Pero allá por el mes de abril, cuando la pandemia de coronavirus era más fuerte, los murcianos se unían en palmas, confinados desde sus viviendas todos los días a las ocho de la tarde. Lo hacían, cada uno desde su ventana, y con una sonrisa dirigida al balcón del vecino, con el recuerdo de todos aquellos profesionales que se estaban dejando la piel en los hospitales de la Región. Hoy en día, con las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) más vaciadas, estos médicos, enfermeros y técnicos siguen dejándose la piel. Ellos no han bajado la guardia, porque todavía no hay vacuna para el coronavirus.

«No somos héroes»

Con humildad, la mayoría de estos sanitarios rechaza considerarse un héroe. Todos coinciden en decir que «tan solo» hacen su trabajo, muy vocacional.

«Es verdad que estamos en primera línea y me gusta estar haciendo algo por esta sociedad, pero es nuestro trabajo. Nos han entrenado para esto toda la vida», explicaba a LA OPINIÓN la doctora Isabel Cremades, que trabaja en la UCI del Reina Sofía.

En la Región se contabilizan, en esta primera semana de junio, más de 3.000 habitantes contagiados por este virus. El Servicio Murciano de Salud (SMS), que antes del inicio de la expansión de la pandemia en la comunidad murciana contaba con 23.510 profesionales en nómina, amplió plantillas y llegó a alcanzar en los momentos álgidos de la misma, sobre la primera semana de abril, los 24.853 sanitarios, es decir más de 1.300 efectivos más.

Este refuerzo se hizo para dar respuesta a la creciente demanda asistencial y para impedir que los hospitales se colapsasen. Algo que, gracias a la profesionalidad de los sanitarios y también a la responsabilidad de los murcianos, no llegó a ocurrir.

De los más de 1.300 profesionales contratados de refuerzo, 60 son médicos, 1.144 enfermeros, técnicos y auxiliares y 135 personal no sanitario (celadores, personal de mantenimiento, ect). La Consejería de Salud mantendrá hasta el final del estado de alarma, previsto para el 21 de junio, a un 70% de estos trabajadores.

Y es que el refuerzo del personal sanitario, junto con la reorganización del sistema de salud, se convirtió en el pilar para hacer frente en primera línea a los momentos más difíciles de la pandemia, que desgraciadamente ha segado la vida de más de un centenar de vecinos de la Región.

Desde el departamento que dirige Manuel Villegas valoran especialmente la labor que han desempeñado los sanitarios de Medicina Preventiva y Salud Pública, encargados de la toma de decisiones y la adopción de medidas para combatir el virus, labor que sigue siendo vital durante la desescalada, ante la posibilidad de que pudiese darse un repunte.

En concreto, son 27 los facultativos especializados, y la mayor parte de ellos desarrolla su trabajo en la Dirección General de Salud Pública y Adicciones y en el Servicio de Epidemiología. Además, una decena de médicos residentes que estudian esta misma especialidad han reforzado con su trabajo las labores de prevención y control del virus en la Región.

Y más manos. La Consejería de Villegas hizo, asimismo, contrato a otros cinco médicos de familia y seis enfermeros que se dedicaron en exclusiva a respaldar estas tareas de prevención. Y a luchar.