«Pues tú fíjate, hace un rato estaba sentado en un banco de Murcia y ahora estoy sentado en Alicante. Y a lo mejor, mientras hablamos, puedo volver a Murcia...y estoy saltándome la ley, ¿no?», cuenta entre risas Francisco Grau,que vive en la calle Vereda del Reino, Beniel. Beniel y Alicante, más bien: la calle, limítrofe entre Murcia y Valencia, es escenario estos días de una situación singular. Cada acera pertenece a una comunidad autónoma que, de momento, no han ido a la par en lo que a fases de la desescalada se refiere. Así, mientras en un extremo de la Vereda del Reino se podía ir a bares y reunirse con otras nueve personas, en la otra apenas se podía hacer deporte y salir a pasear en un par de franjas diarias.

Por no hablar del paso de una comunidad autónoma a otra, que solo estará permitido cuando finalice el estado de alarma. «Yo no he tenido ningún problema, la Policía está levantando la mano, porque sabe que esta es una situación excepcional, los que somos de aquí no estamos haciendo kilómetros para cambiar de comunidad por algo concreto, simplemente vivimos en un sitio en el que es habitual cambiar de comunidad varias veces al día», explica Francisco. Carmen, de la panadería Cabrera, opina igual: «Alguien lo ha comentado, pero yo creo que a nadie se le ha pasado por la cabeza que le multen por venir a comprar a la panadería en la que compran todos los días. Nosotros estamos en la acera que pertenece a Orihuela y aquí viene mucha gente de Beniel a comprar».

«Hemos intentado no cruzar»

Laura Oltra sí ha encontrado controles. Vive en Beniel y cuida a un matrimonio de ancianos en la acera oriolana. Al cruzar, una patrulla de la Guardia Civil le informó de la infracción que estaba a punto de cometer y de la multa, de un mínimo de 600 euros, que le podría caer. «Me sorprendió encontrarme con el control -explica Laura-, porque entiendo que haya que trazar la línea en algún sitio, pero al final es bastante ridículo que sea de una parte de la calle a la otra. En cuanto les dije que iba a trabajar, no hubo ningún tipo de problema».

Paco Zaragoza nació en Orihuela, pero hace vida en Beniel. «Siempre ha sido raro, porque a pesar de haber crecido con esta gente y de ir a los bares y los supermercados de aquí, no somos del pueblo, hasta tenemos un código postal diferente», comenta. Su suegra tiene un huerto a dos calles de su casa, ya en la Región de Murcia. «No hemos podido ir en más de dos meses a darle vuelta, porque éramos conscientes, por ridículo que parezca, de que estabamos violando la ley, así que hemos intentado no cruzar la calle», afirma.

«Estoy de exámenes y ahora mismo no lo noto mucho, pero es verdad que es muy raro que en cinco metros se esté en diferentes fases», cuenta Aarón Albertu. «Lo que no voy a hacer -continúa- es ir a un supermercado de Orihuela, que me pilla a cinco o seis kilómetros, cuando tengo uno enfrente de mi casa». Según cuenta, la Guardia Civil monta controles en la calle tres veces a la semana, pero sobre todo, «para informar a la gente»: «La Policía Local no se ha metido en el tema porque sabe que esta es una situación excepcional, así que no están poniendo trabas, pero la Guardia Civil sí viene de vez en cuando para controlar un poco las tiendas y demás. Supongo que de alguna manera intentarán buscarle normalidad al asunto».