La desescalada avanza y, con ella, también la economía de la Región. Peluquerías, bares y tiendas de ropa van abriendo sus puertas y retoman paulatinamente su actividad, mientras que hay sectores, como el del ocio infantil, que no solo no han podido reabrir aún, sino que no saben siquiera cuándo podrán hacerlo. Hoy la Región pasa a la fase 3, pero «la mayoría estamos muertos hasta septiembre y muchos vamos a tener que cerrar», indican los afectados.

Mª Carmen Ruiz, propietaria de El Planeta de Julia, en Murcia, admite que «está la cosa muy complicada». «Hemos creado un grupo de WhatsApp a nivel regional, porque necesitamos comunicarnos entre nosotros, viendo qué actuaciones hacemos y que nos den una solución», explica la dueña del parque de bolas.

«Nos estamos organizando un poco, queríamos hacer algunas acciones reivindicativas, lanzar algo en redes sociales de apoyo al ocio infantil...», comenta Ruiz, que considera que «las terrazas de los bares se han convertido en los parques de bolas de los niños: no se piensa en su ocio».

Explica que «el BOE recoge que se pueden realizar actividades de ocio y tiempo libre para niños, a partir de hoy, con la ocupación de un tercio del local», por lo que «podríamos abrir hoy, lunes, si hablásemos de talleres de ocio y tiempo libre».

«Lo que recoge el BOE es que siempre será un monitor para cada diez niños», detalla Ruiz, que apuesta por «intentar abrir la escuela de verano», por lo que espera que «a los padres se les pase un poquito este miedo y quieran apuntar a los niños».

Es consciente de que «hay papás que necesitan conciliar, pero ahora mismo hay mucho miedo». En su caso, apuesta por «lanzarse a la piscina, para ver cuál es la respuesta de los clientes».

En los supuestos de alquilar el local entero para, por ejemplo, un cumpleaños, Ruiz se pregunta «si firmando un contrato privado de uso del local nos exime de culpa en el caso de que haya algún contagio» por coronavirus.

Por otra parte, Rosa Moreno, una de las socias del Jungly Park, también en Murcia, corrobora que «no podemos abrir», a lo cual de une que «nos cobran agua, alquiler... y sin ganar un duro».

De ahí que se sientan «abandonados», aunque «en mi caso, puedo llorar por un ojo, porque mi parque es para un cumpleaños solo», por lo que, cuando reabra el negocio, los pequeños que acudan serán familia o allegados.

«A un niño no le puedes decir 'no te metas las bolas en la boca'», dice Moreno, en referencia a la dificultad que tiene volver a habilitar las piscinas llenas de esferas de colores en las que juegan los más pequeños de la casa.

La mujer recibe a LA OPINIÓN mientras limpia y desinfecta a fondo su establecimiento, en el que no han tenido más remedio que acogerse a un ERTE.

Cuando vuelvan a funcionar, asume que «en un cumpleaños, vendrán la mitad o menos» de los niños que antes disfrutaban del recinto.

En el interior de este tipo de establecimientos, por las características de la actividad, es muy difícil garantizar la distancia mínima de seguridad, más aún cuando se trata de niños de corta edad. De ahí que la idea sea incrementar las medidas de prevención al acceder: gel en las manos, por ejemplo. Además, recuerda Mª Carmen Ruiz, los menores de 6 años no tienen la obligatoriedad de llevar mascarilla.

Sin, comuniones varapalo

La cancelación de miles de comuniones fue un varapalo para este tipo de locales, que ahora ven cómo se agranda aún más la herida por el miedo que algunos adultos sienten todavía, aunque, en el caso específico de la Región, la epidemia de coronavirus ha sido bastante más leve que en otras zonas de España.

Cuando vuelvan a celebrarse este tipo de eventos, importantes para los más pequeños, en los parques infantiles primará, como ocurre ahora en muchos negocios, la desinfección de los zapatos antes de entrar y, obviamente, una limpieza a fondo previa del espacio, de forma intensiva. Por ley, se espera que se obligue a establecer control del aforo.