Las empresas murcianas y los representantes de los trabajadores se unen sin fisuras ante un claro objetivo común: impedir que el virus entre en la oficina. De ahí la importancia de contar con unos protocolos detallados y estrictos, que se pudieron ver cuando la Región entró en la fase 1. Las empresas de la comunidad son diversas y engloban distintos sectores, que, en momentos así, se unen bajo una misma premisa: seguridad y prevención para lograr un espacio libre de coronavirus.

Lo hacen así, por ejemplo, en los centros comerciales de la Región (ya abiertos, llegaron con la fase 2), algunos de los cuales han llegado a instalar ventiladores gigantes en el techo, para evitar el aire acondicionado, dado que algunos médicos y microbiólogos han advertido que el SARS-Co-2 podría viajar por sus conductos y ser impulsado más allá de los dos metros de seguridad fijados.

Así, las tiendas se llenan de dispensadores de geles y cartelería para detallar dónde están, por ejemplo, los dos metros de separación. Comercios de ropa o de artículos deportivos se 'confinaron' en plena temporada de invierno y regresan con el verano, lo que les obliga a acelerar para el cambio de escaparates. Escaparates en los cuales ya no es algo extraño ver un maniquí con mascarilla.

En el caso de las oficinas de la Región, aunque se sigue fomentando el teletrabajo, se redobla la limpieza ya existente. Los trabajadores que regresan celebran el volver a ver a sus compañeros, aunque no haya abrazos, de momento, mientras que desde la compañía se garantiza, protocolo en mano, su salud y seguridad. El único fin: que haya cero contagios y que los empleados cuenten con una buena formación en lo que a prevención se refiere. Y, para quienes sigan a distancia, se idean maneras de funcionar más digitales, colaborativas y ágiles.